NUEVO LAREDO, Tamaulipas.- El ex alcalde de Nuevo Laredo, Arturo Cortés Villada, fue asesinado a puñaladas por la espalda este martes en el interior de su domicilio, informó la Procuraduría de Justicia.
La Procuraduría explicó que los servicios de emergencia de Nuevo Laredo recibieron un reporte de una persona sin vida en la calle Morelos 2043 en la zona centro,
identificando el cuerpo de la víctima como Arturo Cortés Villada, quien fue privado de la vida con una arma punzocortante, iniciando las indagatorias correspondientes.
Arturo Cortés Villada, era originario del Estado de Veracruz, pero residía en Nuevo Laredo desde principios de los años 80s, donde fungió como jefe de la Aduana, gracias a su jefe político, el también veracruzano Fernando Gutiérrez Barrios.
Llegó a la presidencia en 1990-92, durante el primer trienio del gobierno de Américo Villarreal Guerra. Fue el último alcalde de Nuevo Laredo que impuso el entonces cacique cetemista Pedro Pérez Ibarra.
En 1998 apostó su capital político, primero a Diódoro Guerra, que buscó ser candidato a gobernador, y después a Marco Antonio Bernal. Ocupó la gerencia de la Comapa en los últimos dos años del sexenio de Tomás Yarrington, y participó en varias consultas internas en el PRI buscando ser alcalde de nueva cuenta; la última vez fue en febrero del 2015, pero jamás lo logró.
En el año 2000, adquirió una rotativa para abrir el periódico Dos Laredos, con poco éxito y que terminó convirtiendo el vespertino con el nombre de Última Hora, que terminó por vender al que sería también alcalde de Nuevo Laredo, Benjamín Galván, secuestrado y asesinado en el 2014.
En los últimos meses, vivió en la precariedad, llegando a vivir en casa rentada donde este mediodía fue asesinado a cuchilladas por desconocidos.
La Procuraduría General de Justicia del Estado realizó el levantamiento de la información para investigar el caso. Se presume que el móvil del crimen pudo haber sido el robo, pero no se descartan otras líneas de investigación.
Quién fue
Arturo Cortés Villada fue alcalde de Nuevo Laredo entre 1990 y 1992 durante la administración estatal de Américo Villarreal.
Había llegado a la frontera, procedente de Veracruz, para ocupar la jefatura de la Aduana en la década de los ochenta.
Su situación económica se había complicado en los últimos años; la casa en la que fue encontrado, según se supo, era rentada.