Detrás de Victoria Meters, empresa que regentea el negocio de los parquímetros en Ciudad Victoria, hay una historia negra y turbulenta que amerita una investigación a fondo ahora que el tema vuelve a saltar a la agenda política local.
Esta empresa tiene su punto de origen nebuloso en un negocio jalisciense denominado Metro Meters, propiedad de Víctor Manuel Negrete Villalobos, empresario que radicó en Guadalajara, quien se asoció con Salomón Rosas, un potosino gandalla y embaucador que vino a Tamaulipas a surtir de espejitos a la rupestre clase política tamaulipeca en el sexenio de Eugenio Hernández Flores.
Negrete y Salomón crearon entonces Victoria Meters. El potosino protegido de Ricardo Gamundi, con un 55% de las acciones, y el jalisciense con el 45%, le arrancaron un contrato para explotar los parquímetros al alcalde Arturo Diez Gutiérrez en 2010. A Arturito lo engatusaron para firmar por un plazo de 15 largos años y por esa facilidad
con que le doblaron la mano se le bautizó como “El Menso”.
La operación ya de por sí fue evidentemente ventajosa y amañada pero después ocurrieron cosas peores.
En 22 diciembre del 2014 Negrete viajó de Jalisco a Victoria a bordo de un coche Golf rojo para supervisar el negocio, según informó en aquellos años su hijo Víctor Gutiérrez Caloca. Aquí encontró que dos de sus empleados robaron miles de pesos y a ambos los metió al bote acusados de robo y abuso de confianza.
Optó por permanecer en Victoria para auditar la empresa pero cuando apenas excavaba, el 13 de enero perdió contacto con su familia. Al poco tiempo se supo que estaba secuestrado junto con uno de sus ayudantes y días después aparecieron muertos en un paraje cercano a Victoria.
Nunca más se volvió a saber de Negrete aunque su familia recurrió a todas las instancias para exigir que se investigara el caso del cual las autoridades de la Procuraduría local decían ya tener avances.
Al poco tiempo se identificó a los presuntos culpables del secuestro y doble crimen; unos fueron detenidos y otros escaparon pero nunca más se informó sobre aquellos sucesos.
Del status legal actual de la empresa muy poco se sabe. A Diez Gutiérrez lo sucedieron en la alcaldía Miguel González Salum y Alejandro Etienne, quienes fingieron demencia y prefirieron ser cuestionados antes que dar explicaciones o defender los intereses ciudadanos.
Ni siquiera supieron decir en qué o con cuánto se beneficiaba a la ciudad. Óscar Almaraz sí emprendió acción legal contra Victoria Meters pero desistió y sólo dijo que nada había que hacer ante las condiciones leoninas del contrato.
De los personajes asesinados nunca se volvió a saber. La indagatoria pasó a formar parte del archivo de casos inconclusos que se acumularon en aquellos años tormentosos.
El otro socio, Salomón Rosas, salió de Tamaulipas al terminar el sexenio e intentó infructuosamente colocarse en un superpuesto en Pemex al comenzar el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Tipo con suerte, Salomón ahora es Cónsul de México en San Bernardino, California, donde radica con su familia. Con frecuencia sube a Facebook fotos de sus pachangas pantagruélicas, de sus compras en Beverly Hills y de sus paseos por el mundo.
Hasta allá deben enviarle sus utilidades.
Mientras tanto los parquímetros están en el ojo de huracán, la ciudadanía los rechaza y el alcalde Xico ayer se tomó una foto dando una patada simbólica a uno de los aparatos de la calle Hidalgo.
Si el contrato tiene como año de origen el 2010 y se firmó hace 15 años entonces su vencimiento estaría marcado para el año 2025. Habrá que ver el final de esta tenebrosa historia.