TAMPICO, Tamaulipas.- A 30 años de su inauguración, el puente Tampico está convertido en un ícono de la zona sur de Tamaulipas y en una obra que realmente une en varios sentidos a los habitantes de dos estados.
Para muchos, se trata de la gran obra de la federación en el siglo pasado.
Sin embargo, en la actualidad, ese puente atirantado de 1,543 metros de largo, 55 metros de altura, 18 metros de ancho, cuatro carriles y una inversión de 113 mil millones de viejos pesos, tiene como gran pendiente la reubicación de su caseta
Además, carga con el estigma de ser el escenario de numerosos suicidios a lo largo de esos tres decenios.
El puente fue resultado de una exigencia de la sociedad civil ya que para cruzar el río Pánuco había que utilizar el hoy olvidado chalán a través del cual se transportaban vehículos de todo tipo y personas, proceso que era muy tardado.
No se trató de una obra rápida ya que inició en diciembre de 1979 y fue inaugurada el 17 de octubre de 1988.
Tras un exhaustivo análisis, fue escogido el diseño del ingeniero civil nicaragüense, Modesto Armijo.
En su construcción, participaron más de 600 obreros, falleciendo en el proceso de edificación tres trabajadores.
Participaron en los trabajos las empresas Constructora y Edificadora Mexicana en la parte tamaulipeca, ICA en el tramo central y Puentes y Construcciones en el lado veracruzano.
El puente tenía una vida útil de 100 años a partir de su inauguración, actualmente es de 70, y puede soportar rachas de vientos superiores a los 200 kilómetros por hora.
El acto inaugural estuvo encabezado por el entonces presidente de la República, Miguel de la Madrid Hurtado.
Debido a la magnitud y a la importancia de la obra, en enero de 1990 el rey Juan Carlos de España entregó al gobierno federal, a los proyectistas y a los constructores el premio internacional Puente de Alcántara en reconocimiento a la fuerza creadora y tecnológica del pueblo mexicano.
Con el puente se fueron los conocidos chalanes así como decenas de familias que vivían en esa zona, manifestó el cronista de Tampico, Marco Antonio Flores Torres.
“El chalán, el ferry fue un medio de transporte que introdujeron las compañías petroleras, chalanes con motor, eran cansados, largos, hasta había una canción de rock denominada construyan el puente, era un medio obsoleto, tiene su lado romántico y atractivo pero estar horas y horas esperando no era tan agradable”, mencionó.
“Un aproximado de 345 familias fueron reubicadas de la parte central, excepto una persona, todavía hay una casa en ese mismo punto”, destacó.
Cierto es que la región ha logrado un importante desarrollo económico y comercial debido a esa importante obra de conectividad.
Pero las autoridades de la SCT han olvidado el detalle de reubicar la caseta del puente, medida que se tomaría una vez que se recuperara la inversión realizada en el mismo, señaló el reconocido historiador, Raúl Sinencio Chávez quien consideró que se trata de un obstáculo para ese desarrollo.
“Ya cuántos años han transcurrido y la caseta de cobro no ha podido reubicarse de tal manera que los habitantes de la zona, me refiero al norte de Veracruz y sur de Tamaulipas, puedan disponer de él para sus actividades cotidianas, se sigue cobrando muy caro, recuerdo que en su momento se dijo que se iba a cobrar solo para recuperar su inversión, parece que por el tiempo transcurrido todavía la inversión no se ha podido recuperar”, indicó.
Al respecto, Marco Antonio Flores Torres señaló que “lo más trascendente de esto no es tanto la construcción, los premios que ganó, sino que ya es necesario cambiar esa caseta, es necesario reubicarla, no la podemos eliminar porque siguen siendo recursos de Capufe que nos sirven para nosotros mismos pero sí para que permita que cuando menos en los municipios de Tampico Ato y Pueblo Viejo puedan darse fraccionamientos, áreas habitacionales”, detalló.
En cuanto a los suicidios, cabe destacar que la primera muerte de un civil se presentó minutos después de la inauguración del puente aunque no se trató de alguien que quisiera quitarse la vida, más bien fue alguien que de manera imprudente se lanzó, pensando que nada le pasaría ya que tenía experiencia al haber saltado de plataformas de 15 metros.
No se sabe con exactitud qué orilla a las personas a escapar por la puerta falsa desde ese lugar aunque se maneja que lo hacen porque tendrán una muerte segura o porque, por ser un sitio muy transitado y visible, sus familiares sabrán de dónde se arrojó para localizarlo con mayor facilidad.
A la obra le quedan aún 70 años de vida útil y para prolongarla, recibe constantes trabajos de mantenimiento por parte de Capufe.
Con su altura y su imponente estructura, el puente Tampico se muestra como mudo testigo y vigilante del desarrollo de la zona sur de Tamaulipas y el norte de Veracruz.