* El columnista es autor de las novelas: “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”, además, Premio Nacional de Periodismo 2016.
La comparecencia de Rosario Robles Berlanga este martes, en la cámara de diputados, se convirtió en “un herradero”, originado por las acusaciones de corrupción, que pesan en su contra.
Sin embargo, la hembra negó su relación con el desvío de unos mil 300 millones de pesos detectado y denunciado en tiempo y forma, por la Auditoría Superior de la Federación.
Recordéis que el grave señalamiento se deriva de su desempeño como titular, primero de Sedesol (y ahora de Sedatu), que incluye la tristemente célebre “estafa maestra”, donde participaron diversas instituciones de educación superior, que “subrogaban” a empresas particulares contratos de presuntas investigaciones, otorgados por las dependencias en cuestión.
Dícese que es una de las tantas anomalías con cargo a RRB.
El asunto es que la dama compareció ante la representación popular, tan sólo para ratificar su inocencia en medio de gritos, aullidos y protestas del respetable, además de uno que otro empujón intercambiable por el correspondiente recuerdo maternal, entre el diputado Fernández Noroña y los priistas Luis Enrique Miranda y René Juárez.
Aunque hubo la exigencia de obligada renuncia de la funcionaria y castigo judicial, como aportación especial de MORENA y PRD al escándalo y divertimento parlamentario.
Usted dirá que esta clase de eventos sirven más de distracción, ya que no conducen a nada aprovechable para la república. Y tiene razón.
Y en este caso, como muchos otros de sobra conocidos, pareciera que los beneficiarios del dinero social se amparan bajo la máxima de “lo caído, caído y háganle como quieran”.
Es decir, en la simple y llana impunidad que ha convertido a México en “distinguido” líder de la corrupción en el mundo-mundial. Y ni modo que sea invento.
Doña Rosario es ejemplo vivo de la burocracia que padecemos. De esa misma que dispone del patrimonio público, como si fuera propio, es decir, sin obligación de rendir cuentas a nada que no sea el bien personal, familiar y de “los cuates”.
Fuera de lo anecdótico que pueda resultar la presencia de “la doña” en el palenque de mayoría contraria, aquí lo que importa, es que acusaciones de este tipo, por lo general quedan sin efecto, por más daño que causen al patrimonio público.
En este sentido, el escribidor insiste en que el próximo régimen debe actuar en consecuencia.
No es posible, ni aceptable, que las sospechas y dudas administrativas sean enviadas al archivo muerto de la impunidad, cuando existen sobrados motivos para corresponder a la confianza de los millones que sueñan con un México diferente.
VISITA CUASI-PRESIDENCIAL
La presencia de AMLO este miércoles en Tamaulipas, tiene significado especial. Y no es de simple agradecimiento a “sus fans” por el voto recibido, sino implica buena parte del futuro para la entidad.
Y la entrevista con el gobernador Cabeza de Vaca, tiene mucho que ver con la necesidad de que la federación voltee la vista hacia este rincón de la república.
No se trata de partidos, sino de la coincidencia de planes y proyectos que aterricen en beneficio de los millones que habitamos estos andurriales.
La problemática social es harto conocida, al margen del interés político que suele ser circunstancial.
Y para resolverla se requiere colaboración, porque al fin de cuentas, es un asunto del sistema. Y no creemos que AMLO lo ignore.
Las elecciones transcurrieron. Ahora es tiempo de construir bajo el objetivo de mejorar las condiciones de vida de la paisanada.
No faltarán los provocadores, ni los que suponen que la confrontación puede resolver el futuro. De esos debemos cuidarnos, porque están jugando las contras al interés mayoritario, cuando no ven más allá de sus ojos.
Por lo demás, ¡sea bienvenido a Tamaulipas el Presidente Electo de México!.
SUCEDE QUE
Oiga, interesante que ante la cobardía de “los machos” del PRI, las hembras armen su propio ejército para reconstruir lo que resta de su partido en el estado.
Aunque lo parezca, no es una lucha de sexos, sino de dignidad que debiera avergonzar a quienes sacaron jugo de la organización, hasta que el tricolor fue cazado por el destino.
Es un ensayo único en el país, que tal vez alimente la intención de nominar a una mujer como próxima candidata presidencial del PRI…a lo mejor, quizá, quien quita y sí, pudiera ser…uno nunca sabe.
Y hasta la próxima.