MÉXICO.- En medio de una tormenta que azotó el sur de la Ciudad de México, hubo una lluvia de goles en el encuentro entre Pumas y Tigres, que además del 3-3 en el marcador, fue un partido lleno de emociones.
Pumas se puso al frente en el marcador, con el primer gol de la tarde del paraguayo, Carlos González, quien una vez más, mostró que su estadía en el cuadro universitario, es de ensueño y que sus goles, hacen olvidar a Nicolás Castillo.
Los zarpazos del puma parecían ser más letales y, cuando mejor jugaban los capitalinos, una genialidad de Eduardo Vargas puso el empate, con un golazo desde fuera del área, poniendo el balón inalcanzable para el Pollo Saldívar.
El Tuca tuvo que echar mano de Rafael Durán y el joven le respondió al brasileño, marcando un golazo de media vuelta, controlando con derecha y disparando con zurda, para dejar sin posibilidades a Saldívar.
Antes de que culminara el primer tiempo, de nueva cuenta el paraguayo González se hizo presente con un golazo, disparando de volea.
El segundo tiempo, no solo tuvo de protagonista al gol, también cayó una fuerte lluvia que duró la mayor parte del complemento, pero a pesar de eso, el espectáculo continuó en ambas porterías.
Tigres se puso al frente por segunda ocasión en el juego, gracias a Gignac, el francés algo tiene, cuando ve la casaca del Club Universidad enfrente y, una vez más, los mandó sacar el balón de sus redes.
El dolor de ir abajo, le propinó a Pumas una inyección de ánimo para no darse por vencidos y, otra vez González, anotó para completar una tarde de gloria.
El juego pudo tener más goles en el marcador, pero la pólvora de ambos equipos se mojó con la lluvia y dejaron un empate a tres goles, la tribuna se pintó de rosa, en apoyo la lucha contra el cáncer de mama.