CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Para acceder a la mariguana, un joven consumidor se desplaza hasta un centro de venta ilegal, “el punto”, como lo llaman los distribuidores que trabajan sí o sí, para alguna de las bandas delincuenciales que operan en Tamaulipas.
Ahí, se encontrará con el “dealer” al que le pagará alrededor de 40 pesos por cada gramo de cannabis (aunque esto depende de los altibajos del mercado), empaquetada en bolsitas de plástico, marcadas con el sello del grupo criminal que la comercia, en esa región.
El joven consumidor que con ese gramo podrá forjar dos o tres cigarros y, su vendedor, son la parte más visible de una industria ilegal, que mueve millones de pesos que van a parar a manos de la delincuencia, convirtiéndose en otra fuente de financiamiento para su subsistencia.
En octubre, por ejemplo, la Sedena decomisó en el estado 415 kilogramos de yerba, lo que en términos del mercado significarían poco más de 20 millones de pesos, pero especialistas en seguridad, insisten en que la droga asegurada representa un porcentaje mínimo, en función de la cantidad que llega a las calles del país o cruza las fronteras.
Por eso, la jurisprudencia avalada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que a través de permisos solicitados ante la Cofepris, cualquier ciudadano mexicano pueda cultivar, portar y consumir su propia mariguana con meros fines recreativos, cambia el paradigma, no sólo de la política antidrogas en el país, también de las estrategias de justicia y seguridad, incluso sienta un precedente para debatir los beneficios económicos que podría traer una legalización plena del cannabis.
Porque hasta la fecha, los esfuerzos de las autoridades se han centrado en perseguir el consumo de estupefacientes, el eslabón más débil de la industria de la droga.
Así lo demuestran las cifras del Sistema Ejecutivo de Seguridad Nacional. En Tamaulipas, en los últimos seis años, la Procuraduría General de la República tiene registro de 3 mil 566 consignaciones por posesión o consumo de narcóticos, principalmente mariguana.
La cifra es abrumadora, si se compara con los 8 consignados por producción y 18 por transporte.
Pero en el mismo periodo, el consumo de mariguana en Tamaulipas se ha mantenido en niveles que podrían considerarse estables, con incrementos ligeros en algunos sectores, pero muy por debajo de otras entidades del país, como San Luis Potosí, Jalisco o Baja California.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, entre la población de 12 a 65 años en el 2008, había una incidencia del 8.3% en el consumo de mariguana y, este porcentaje aumentó en el 2016, para llegar al 8.7%.
En el caso de la cocaína, la segunda droga de mayor consumo en México, ocurrió lo contrario, se redujo del 6% al 3.8%, en el mismo periodo.
De hecho, el uso de la mariguana también bajó entre los hombres de 12 a 65 años del 15.2% al 13.4%, pero entre la población femenina hubo un incremento considerable, del 1.6% al 4.2%.
El ex diputado federal y activista por la legalización de la mariguana, Fernando Belaunzarán, afirma que la decisión de la Corte pone a México en el camino correcto para dar fin a la visión prohibicionista de las drogas: “Fue un acontecimiento histórico”.
Celebra que empiece a liberarse al consumidor del peso de la ley, que actualmente recae sobre él, casi por completo y advierte que en entidades como Tamaulipas, la regulación de la mariguana ayudaría a quitarle al crimen organizado, una de sus fuentes de financiamiento.
“El consumidor no es el problema, porque si el consumidor se hace daño, en todo caso es a sí mismo, yo diría que una persona tiene derecho a decidir sobre su sistema nervioso, pero aquí te niegan esa posibilidad y van contra los consumidores y los meten a la cárcel y, entonces el consumidor, tiene que pertenecer a alguna banda para su seguridad”.
La visión es errónea, afirma: “Si tienen un problema de salud, lo tienen que arreglar en el sistema de salud, no en el sistema penal, no le ayudas a ningún joven metiéndolo a la cárcel, lo dejas estigmatizado, difícil para conseguir trabajo, porque tiene antecedentes”.
Se refiere concretamente al caso de Tamaulipas, donde las cifras que otorga la PGR al Sistema de Seguridad, hablan por sí solas con apenas 66 consignaciones por comercio y nueve por tráfico de estupefacientes, contra los más de 3 mil 500 expedientes por los delitos de posesión y consumo.
“Es grave… muchos consumidores están en la cárcel y es un tremendo absurdo, si tienen un problema de salud, no deberían estar ahí, si hay un lugar donde son más accesibles las drogas, son las cárceles”.
En todo caso, advierte, legalizar la mariguana sería un golpe para las finanzas del crimen, aunque reconoce que no puede considerarse como una estocada definitiva para las bandas, que han expandido sus negocios mucho más allá de las drogas.
“Les quitas una fuente de financiamiento, ellos son tan fuertes como sus recursos, pero no es suficiente, es una condición necesaria, pero no suficiente (…) porque el mercado negro le da inmensas ganancias a las bandas criminales, entonces es un paso importante, pero habrá que hacer muchas otras cosas”, señala.
Mariguana amparada
Al admitir el quinto amparo contra la prohibición del uso recreativo de la mariguana, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, declaró inconstitucional cualquier medida de la autoridad que apunte en ese sentido.
Los magistrados determinaron que “el derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad, permite que las personas mayores de edad decidan -sin interferencia alguna- qué tipo de actividades lúdicas desean realizar”.
Ahora, cualquier ciudadano podrá acudir ante la Cofepris para tramitar un permiso que avale el cultivo, posesión, transporte y consumo personal de cannabis. La Comisión deberá expedir la autorización, pero en caso de que se niegue, el solicitante podrá acudir ante un juez para tramitar un amparo, que le sería concedido de inmediato. Es un proceso muy similar al de los matrimonios igualitarios, en el que las parejas del mismo caso han hecho respetar sus derechos constitucionales a base de amparos, en aquellas entidades como Tamaulipas, donde todavía no se ha legislado al respecto.
Por el momento, el balón está en la cancha del Poder Legislativo para iniciar un proceso de regulación, lo que no se ve muy lejano, si se considera que algunas voces de Morena, como Olga Sánchez Cordero, se han mostrado en favor de esta tendencia global, en la que ya están inmersos Canadá y ocho estados de la Unión Amerciana.
A contracorriente de la legislación actual, en Tamaulipas, 16 ciudadanos habían solicitado ante la Cofepris los permisos necesarios para el uso recreativo de la mariguana, 14 en Tampico y 2 en Matamoros.
En todos los casos se desecharon los trámites, pero a partir del señalamiento de la Corte y ante la posibilidad de ampararse, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, encargada de recibir los trámites, no descarta una ola de nuevas peticiones.
Aunque, advierte, el proceso no necesariamente será sencillo: “Cada ciudadano debe tramitar un amparo para poder usarla lúdicamente y hasta que reciba la sentencia de amparo, será cuando la COFEPRIS otorgue el permiso, pero solo se ampara y protege a quien lo solicita”, aseguró recientemente su titular, Óscar Villa.
¿El negocio que viene?
El joven que compra con 40 pesos la mariguana suficiente para un par de cigarros, en una colonia periférica de las ciudades tamaulipecas, en realidad está pagando un precio bajo, porque el producto es considerado de muy mala calidad en el mercado actual de las drogas. Cannabis de desperdicio, producida casi siempre en Oaxaca, que no cumple con los estándares mínimos para cruzar la frontera hacia los Estados Unidos.
Sin embargo, una yerba de calidad superior en la Ciudad de México, puede costar hasta 6 dólares por gramo y 8 dólares en Monterrey.
En Canadá, donde la venta de mariguana ya es completamente legal, un gramo oscila entre 6 y 8 dólares, aunque los precios pueden elevarse considerablemente, dependiendo del tipo de yerba que se adquiera.
Ahí ya hay 188 productores autorizados y se estima que en su primer año, generen ganancias por más de 4 mil millones de dólares, con un gravamen del 10% de impuestos, por cada gramo vendido.
Para los entusiastas de la legalización, no hay dudas, esa es la ruta que debe seguir México.
“Están generando una industria que obtiene importantes ganancias, que genera empleos formales, se calculaba que había 250 mil empleos fijos en Estados Unidos, por la industria de la mariguana y además impuestos, ingresos fiscales y, esos ingresos fiscales, pueden usarse para la prevención, para construir escuelas, hospitales, para muchas cosas y ¿en México, en qué estamos? Estamos en la guerra, mientras allá se están quedando con la industria, aquí nos quedamos con los muertos”, insiste Belaunzarán.
Las estimaciones más recientes sobre el tamaño del negocio de la mariguana en México, pertenecen al Instituto Mexicano de la Competitividad, que afirma que la venta de marihuana le significan ganancias por 2 mil 30 millones de dólares anuales al crimen organizado, lo que representa una tercera parte de sus ingresos.
Por cifras como estas, la disyuntiva cobra más relevancia: ¿conviene al Estado mexicano arrebatar a la delincuencia la industria de la cannabis?
Quienes defienden esa postura, ya no se detienen tanto tiempo en ese cuestionamiento, para ellos la verdadera pregunta es ¿cuánto tiempo falta para que ocurra?.
Con información de Salvador Valadez y Silvia Mejía Elías
El ABC…
La determinación de la SCJN ha generado polémica y también muchas dudas sobre lo que está permitido a partir de ahora; en términos generales autorizó el consumo personal de mariguana con fines recreativos para quien tramite un amparo.
Lo que NO resolvió:
La Corte no autorizó la comercialización, suministro, enajenación o distribución de cannabis
No se autorizó el consumo de otros estupefacientes y psicotrópicas
La Corte tampoco se pronunció sobre la despenalización de la mariguana
El consumo no podrá ser ejercido frente a menores de edad ni en lugares públicos donde se encuentren terceros que no hayan brindado su autorización
HISTÓRICO
La decisión del máximo tribunal de México, invalida los artículos de la Ley de Salud que prohíben actividades relacionadas con el uso personal o consumo de cannabis, entre ellas, sembrar, cultivar, cosechar, preparar, poseer y transportar.
Como esta fue la quinta decisión de la Suprema Corte en el mismo sentido, se creó jurisprudencia. Es decir, todos los tribunales del país deben respetar su interpretación.
Ahora, cualquier ciudadano podrá solicitar un permiso a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para cultivar y consumir marihuana con fines recreativos y, si la dependencia lo niega, podrán recurrir a un amparo y cualquier juez debe resolver a su favor.
La SCJN, aclaró que el fallo se limita al cultivo y al consumo, pero no permite la comercialización de marihuana, “ni utilizar otros estupefacientes o psicotrópicos”.
No estamos listos: Iglesia
Como era de esperarse, la decisión de la SCJN ha encendido un nuevo debate. Y las voces en contra se dejaron escuchar de inmediato. A la cabeza, la Iglesia católica en Tamaulipas, dejó ver su rechazo a la decisión de la SCJN.
“No vemos lo que ha pasado en otros países, en donde se ha permitido el uso para algunos casos de enfermedad o para el uso lúdico, en nuestro país, luego se fijan en las consecuencias que esto acarrea y, desgraciadamente, no estamos preparados”, advirtió Juan Enrique Olguín, el vocero de la Diócesis de Tampico, municipio que va a la cabeza en solicitudes para el consumo de cannabis.
“Más bien, las autoridades deben redoblar esfuerzos y tratar de que esto (la autorización) traiga al país situaciones más graves, ya que dicen que es para disminuir y que no traiga tanta violencia por la venta, pero eso queda entre paréntesis”.
También Acción Nacional mostró su desacuerdo: “El fallo de la Suprema Corte de Justicia para para permitir el consumo de la mariguana con fines recreativos, no ayuda a poner fin a la violencia del crimen organizado. Hay que priorizar en todo momento el bienestar de los niños y jóvenes”, expuso el Comité Ejecutivo Nacional, aunque no todos sus militantes se mostraron a favor.
Para Belaunzarán, sin embargo, a partir del fallo de la Corte, México transita en el camino correcto.
Porque la política de la prohibición “es un fracaso esférico”.
“Por donde le veas, el prohibicionismo fracasó, la prohibición no es eterna, la prohibición lleva un poco más de cien años y las drogas son tan añejas como la humanidad y van a acompañar a la humanidad todo su trayecto, hasta que deje de serlo y tenemos que coexistir con las drogas, ya vimos que la forma que no debemos coexistir con ellas es la prohibición, porque las hace más riesgosas y peligrosas”.