Cuando los pueblos de suramérica comienzan a abandonar sus países de origen, es que las cosas no andan del todo bien en esos lugares y sus gobiernos no han sabido poner remedio a los muchos problemas por los que tienen años de estar padeciendo, por el contrario, se han dedicado más a pelear por alcanzar el poder político que a satisfacer las necesidades de sus gobernados, lo malo para los tamaulipecos, es que han escogido nuestro estado para utilizarlo como paso con rumbo al país del norte, donde presumen podrán resolver sus muchas necesidades económica, de trabajo y alimentación, incluyendo la educación, pero son miles de viajantes que olvidan un importante detalle: Estados Unidos de Norteamérica podrá ser muy rico y seguro, pero no tiene la capacidad territorial y económica para dar albergue a todos aquellos que de un día para otro deciden abandonar su
patria para irse “más pal norte”.
Lo malo es que un buen número de estos, no podrán cruzar el Rio Bravo y si no se ahogan en sus aguas, se quedarán en Tamaulipas, donde la situación de por sí, ya está difícil, ahora imagínese qué harán estos centroamericanos para tratar de sobrevivir, pues lo más fácil y seguro como es la de robar y asaltar, por lo tanto, si el gobierno estatal no toma las medidas de apremio, muy pronto veremos incrementar estos ilícitos y seremos los tamaulipecos, sobre todo los de la frontera norte, los que tendrán que pagar los platos
rotos.
Desde luego que el gobierno del estado, como sus ayuntamientos conocen el problema y saben bastante bien lo que les espera, sin embargo, hasta hoy no hemos sabido que se hayan reunido para abordar el tema, por el contrario, eluden el problema y prefieren dejar el asunto en manos de los gobiernos estatal y federal, cuando también a los alcaldes les debería de interesar el asunto que se les vendrá encima, pues no lo duden los lectores de esta tribuna, que algunas hectáreas ejidales, ranchos y poblados serán invadidos por la gente que viene del sur.
Por lo tanto, pienso que los ayuntamientos ya deberían de abordar el tema en reuniones de cabildo, pero nada se sabe por lo tanto aún están a tiempo de buscar las mejores respuestas para las dificultades que habrán de enfrentar en unos días más.
Ahora pues la caravana de migrantes que nos llegarán de Guatemala, El Salvador y Honduras tienen sus usos y costumbres muy distintas a las de México, consecuentemente, van a intentar implantarlas en territorio cuerudo y si a esto le sumamos que ante una buena cantidad de parcelas ejidales abandonadas, pues el asunto se pondrá peor, por lo tanto, los gobiernos en sus tres áreas ya deberían de estar tratando el asunto, antes de que se les venga lo peor, sin olvidar que aparte de los asaltos, robos y pleitos vendrá el grave problema de la invasión de ranchos, colonias y caminos vecinales. Por su puesto que no estamos en contra de quienes buscan un mejor destino, pero este debe de hacerse con calma, bien pensado y observando las posibilidades legales de vivir, pues no se trata de echarnos el montón, si no de organizar mejor el flujo humano que prácticamente ya lo tenemos encima.
A propósito, nos gustaría conocer la opinión de Héctor de la Torre Valenzuela sobre este asunto y qué medidas tiene pensado tomar.
¡HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE!