Los motivos no importan y, a lo largo de los próximos seis años, habrá muchos y diversos asuntos qué tratar en la calle, las manifestaciones se incrementarán y serán una constante, no importa si son minoría o mayoría, tampoco valdrán mil excusas del elector, para detenerlas.
Llegamos al colmo, este domingo once de noviembre a las once de la mañana, un contingente conformado por inconformes capitalinos llamaron la atención saliendo desde el Ángel de la Independencia, para concentrarse en la plancha del zócalo de la CDMX, el reclamo es porque quieren que continúe el aeropuerto en Texcoco y reniegan y seguirán renegando del sistema de consultas de LÓPEZ OBRADOR.
Aunque no fueron los empresarios afectados por la negativa de construcción y que resulta serán los mismos beneficiados en otras obras públicas sexenales, la marcha que muchos titularon como “fifí”, denota que el sistema político mexicano, no caduca, no mejora, solo muta, recicla sus viejos métodos y sigue utilizando a la muchedumbre para alcanzar sus fines, aunque esta fue un tanto diferente, las imágenes enviadas por las redes sociales dieron cuenta de grupos de familias, amigos o socios, bien hidratados, con sombreros y lentes de sol, de marca, con carteles bien impresos y calzando y vistiendo también ropa cara.
Algo clasistas los integrantes de este nuevo movimiento, adelantaron que planean más marchas, tantas como encuestas haga LÓPEZ OBRADOR, comportándose como pueblo, pueblo que reclaman espacios para su comodidad y la vida que ostentan. Los mismos, saldrán el primero de diciembre a la una de la tarde a gritar consigna contra el presidente.
Y al tiempo de esta marcha, por carreteras y ciudades del centro del país continúan las caravanas de migrantes, cuatro en la vasta geografía mexicana, aunque algunos grupos ya dispersos y con distintos planes, están reclamando más ayuda del gobierno mexicano. Pero PEÑA con un pie en el estribo, no se acongoja con esta circunstancia, en tanto que los del gobierno entrante no se apuran por estas cosas.
En Boca Cerrada
Faltando unos cuantos días para la transición política en el país, los futuros secretarios de estado adelantan los cambios que implementarán por la austeridad gubernamental que prometen, entre otros, tratan de desaparecer las Unidades de Género, impulsadas por el gobierno federal con base a tratados internacionales, para la transversalización de la perspectiva de género en las políticas públicas, estos sistemas deben evaluarse y perfeccionarse, pero no eliminarse, pues constituyen ya
un gran logro de movimientos globales, de colectivos que defienden los derechos de las mujeres.
En el centro del país, especialistas en estudios de género como Cynthia Galicia han iniciado ya a manifestarse públicamente contra la eliminación de esta unidades, ya “que la política pública que crea las unidades de género, tiene como fin impulsar el adelanto de las mujeres y terminar con la misoginia institucional, en todas las entidades de los gobiernos de todos los niveles”.
@LupitaEscobedoConde