En la lógica elemental de la política pueblerina que todavía hace sus sumas y restas con los criterios que imperaban en los tiempos del monopartidismo, si el país ya está en manos de Morena, es inevitable que en unos años mas Tamaulipas sea otro enclave de esa organización política, todavía amorfa y deshilachada que asume como suyos los millones de votos que hicieron ganar a Andrés Manuel López Obrador.
Por eso la clase política local, ante la ausencia de los viejos liderazgos priistas que fueron sucumbiendo por sus vicios, debilidades y acciones delincuenciales, y tras la doble derrota electoral, (2016 frente al PAN y 2018 frente a Morena), ha empezado a venerar y a arrodillarse ante las nuevas figuras surgidas tras el triunfo de López Obrador.
Hasta hace cuatro días eran únicamente cuatro personajes los que parecían perfilarse como las cartas fuertes de Morena en Tamaulipas, mismos que aunque lo nieguen, desde ahora creen que tienen alcances para disputar la gubernatura en el 2022, según las presunciones de los conocedores y la charlatanería de sus simpatizanes.
Rodolfo González Valderrama, el maderense amigo de Andrés Manuel, recreó así el panorama: hay cuatro figuras políticas emergentes que son ya las cartas fuertes de Morena en Tamaulipas: el ahora senador Américo Villarreal Anaya, el “superdelegado”José Ramón Gómez Leal y los alcaldes Adrian Oseguera, de Madero, y Mario López, de Matamoros.
Pero ahora ya no son cuatro. Son cinco porque se acaba de agregar el reynosense Héctor Martín Garza, quien será el próximo Oficial Mayor de la poderosa Secretaría de Educación Pública. “El Guasón” es el mas viejo seguidor de AMLO en Tamaulipas y goza de todos los afectos del Presidente Electo aunque aquí se le minimiza y
ridiculiza, en gran parte porque su carrera política ha sido de bandazos y altibajos.
A Héctor Martín la clase política lo ve de reojo, los que gustan de establecer rangos o categorías, (“hay niveles”, diría un político mamilas), lo consideran un cuadro sin grandes luces y sin futuro. Como a una buena parte de la clase política local, se le cataloga como un trepador, un cazador de oportunidades desprovisto de principios y sin la mas elemental formación…
Pero entre El Guasón y los otros cuatro no vemos grandes diferencias y en cambio sí es evidente que en los terrenos de la meritocracia, se abona en su favor la perseverancia y la fidelidad canina a su Jefe Andrés Manuel.
En cambio los otros cuatro deben su ascenso a otros factores que nada tienen que ver con la talacha política. Américo llega bajo la sombra benefactora de su ya
fallecido padre, el exgobernador, amigo entrañable de AMLO, y los otros tres, JR, Oseguera y López, por las cuantiosas cantidades de dinero que aportaron para financiar la campaña presidencial de Morena.
Los cinco son en realidad políticos inéditos. No hay aun en su hoja de servicios logros significativos qué mostrar, ni siquiera en su actividad profesional o empresarial pues Américo, por ejemplo, tuvo acceso a cargos públicos por deudas de gobernantes con su padre y no hay en sus chambas administrativas recuerdos de una actuación sobresaliente.
De JR poco se puede decir sobre su desempeño público pues su currículum es insignificante y los dos ediles hasta ahora tienen la oportunidad de demostrar con acciones que se merecen la oportunidad que les abrió el triunfo de AMLO.
Es por lo tanto, demasiado temprano para descalificarlos pero también para endilgarles virtudes que no tienen o que no han demostrado porque vienen del anonimato, y
está por verse aún si estarán a la altura de las circunstancias.
Mientras tanto los cinco y los que se arrimen en los días siguientes, seguirán siendo hijos de la buena fortuna que les llegó con el triunfo de López Obrador.