CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El Mercado Argüelles es un sobreviviente. Su historia tiene tantos descalabros como aciertos: fue construido en pedazos, lo rehicieron, se quemó, se cayó y lo volvieron a levantar y desde ahí los oferentes lo vieron crecer.
De entrada el lugar donde converge el hormiguero humano es mas que colorido, los estridentes matices de las piñatas es lo primero que saluda al llegar: los diseños van desde Goku y Peppa Pig hasta latas de Bud Light, Tecate e Indio.
El aroma a yerba medicinal envuelve el ambiente: olor a estafiate, manzanilla, canela, borraja y gordolobo reciben a los transeúntes en el largo y mágico pasillo que poco a poco seduce la mirada ambientado con música en vivo.
Entrar al Argüelles es como hacer un viaje al pasado. Y no solo por su estilo arquitectónico sino por sus rincones con mucha historia.
La cantidad de mercancías que ahí se expenden es muy variada, desde almuerzos, carnes, mercería, frutas, legumbres, jarciería, ollas, escobas, especias, remedios pa’
romper embrujos y pa’ la buena suerte, etcétera.
En sus dos plantas los locatarios están prestos para atraer a la clientela aunque es verdad que la afluencia de marchantes ha descendido con el paso de los años.
El deterioro de sus instalaciones es por demás evidente, como los vidrios rotos que se aprecian desde lejos, el drenaje que constantemente presenta fugas, las goteras, y el cableado eléctrico que hace mas de 10 años intentó renovar el alcalde Álvaro Villanueva, pero quedó inconcluso a falta de recursos y solo quedó en proyecto pues aunque se hizo un cuarto para los nuevos medidores nunca se realizó la conexión y se sigue usando un mini espacio sucio y maloliente digno de cualquier
película de terror en el sótano acondicionado como estacionamiento subterraneo… un lugar tenebroso y oscuro.
Por la escalera central se accede a la segunda planta desde donde se tiene una vista amplia del patio: se alcanzan a ver los techos de los puestos llenos de basura –por cierto- formando un minipueblito, aca es mas fácil contar los locales abiertos que los cerrados
En el área de comedores ya solo tres locales ofrecen ricas viandas como caldo de res, menudo, chiles rellenos, pozole, asado de puerco, bistec ranchero, milanesas y pollo en mole
El Caminante decide darse una vuelta al mercado para conocer la manera en que los locatarios han recibido la buena nueva: el alcalde ha anunciado que se remodelará y que si es necesario se derribará una parte (respetando las áreas que guarden cierta riqueza histórica) y se erigirá uno nuevecito de paquete para beneplácito de todos los victorenses)
¡Ay ay ay! ¡’Ora si violín de rancho ya te agarro un profesor! Es el grito de júbilo que los clientes exclamarían de saber que este popular centro comercial va a tener instalaciones de lulú (osea bien fregonas) y que del triste, gris, sucio y deficiente edificio que hoy conocemos solo va a quedar el puro recuerdo. Una nada despreciable lanota de 120 millones de pesos sería invertida para este propósito.
Pero ¡esperen un momento! ¿Que es lo que piensan los locatarios de este asunto? Algunos como Don Fernando Rios que se dedica a la venta de ropa recibe la noticia con excepticismo y a la vez con un poco de temor, pues nadie le ha informado sobre ello y le surgen muchas interrogantes sobre la manera en que esto se llevaría a cabo
¿Dónde trabajaríamos mientras tanto? ¿Cuánto duraría? Se pregunta él.
Otros como Don Arturo que realmente dudan de que un proyecto de este tamaño pueda concretarse. Y la razón de esto es porque cada que llega un nuevo alcalde siempre les promete maravillosas obras pero que finalmente todo acaba en buenas intenciones.
Doña Marina Perez fue lideresa de los locatarios por mas de veinte años y recibe la noticia con mas apatía que agrado, pues poniendo los pies en la tierra, lo primero es acercarse a los comerciantes, conocer sus necesidades y principalmente saber a ciencia cierta la situación jurídica del mercado. Por supuesto que agradece la intención del ayuntamiento, pero en su opinión definitivamente primero tiene que consultarles cada detalle del proyecto. “Antes de hacer cualquier anuncio debio acercarse a nosotros para saber hasta donde puede y hasta donde no puede siquiera tumbar una pared” afirma.
Esta es la opinión de casi todos los oferentes: “que el presidente municipal primero que venga a ponerse de acuerdo con nosotros, porque él es nuestro empleado, el
dinero es del pueblo, ellos solo lo administran” dicen.
El Caminante se despide de los locatarios que más que con agrado, han recibido esta noticia con muchas dudas. Demasiada pata de perro por este dia.