Seguimos expectantes ante los intensos días de definiciones, a diario hay temas de cambios radicales para la nación, algunos necesarios, otros nos evocan al pasado y hasta parece que estaremos peor. Este lunes la esposa del presidente electo recibió su nombramiento, y no, no es de presidenta honoraria del sistema nacional del DIF, esa bonita institución creada para las damas esposas de, a partir de 1977 y a petición del presidente en turno, Carmen Romano de López Portillo, ahora la nueva
primera dama estrenará área en el gobierno federal.
Desde campaña Beatriz Gutiérrez Muller había adelantado que no estaría a cargo de la sensible dependencia dedicada a la asistencia social, entonces recibe de manos de su marido el nombramiento como la primera encargada de la coordinación nacional de memoria histórica y cultural de México, en la presentación de la nueva funcionaria federal se explicó que su primer tarea será establecer enlaces del gobierno federal, el Archivo General de la Nación con todos los niveles de gobierno para darle un soporte más amplio a la memoria del país.
El complaciente esposo de la señora Beatriz explicó más sobre el porqué de este nombramiento y creación de una nueva área, ha dicho que “Beatriz no quiere ser primera dama. Respetando a quienes en otros tiempos han asumido ese papel, son otros tiempos y Beatriz se dedica a la investigación, a la literatura y también a atender a Jesús y, de vez en cuando, a quien les habla”. Entonces, dijo, atendiendo el deseo de su mujer, acordaron la creación de esta nueva dependencia.
Del futuro del DIF nacional no se ha anunciado nada, solo que la señora no querría estar al frente, ni como honoraria, ni para las fotos, es un enorme sistema dependiente de la administración federal, mediante el cual se ejercen programas sociales a discreción, sin transparencia, ni vigilancia y su funcionamiento podría estar por caducar. Más que en tantas otras áreas sociales el desperdicio de dinero público para eventos fastuosos que en nada benefician a los pobres es evidente.
Pero se debe definir de qué manera se seguirá la asistencia social en el país.
La señora Gutiérrez de López Obrador ya nos enseña de qué está hecha. Y nos quedábamos de Marthita de Fox.
En boca cerrada
¿El fin del buen fin? No sabemos si otra vez habrá error de diciembre o enero, si la economía nacional resentirá los cambios bruscos de la política, pero el programa que el gobierno federal se inventó para incentivar la compra del buen fin” tuvo la respuesta esperada por el consumidor, madrugándoles a los gringos, se registró alza importante al consumismo, las tiendas departamentales invitaron a pagar hasta febrero, así que de aquí allá, ya veremos. Mientras tanto las cajas registradoras no dejaron de sonar y las tarjetas casi quedaron desteñidas.
@LupitaEscobedoConde