Mientras Andrés Manuel López Obrador pedía permiso a la madre tierra (no se rían, es cosa seria) para arrancar la obra del Tren Maya, los bulldozers ya tenían los motores encendidos para comenzar con la deforestación de cientos de hectáreas por donde pasará la que pretende sea su obra sexenal; porque a él se le ocurrió, porque tiene el poder para hacerlo, porque con su permiso basta.
Así es mis queridos boes, del Tren Maya, que nos costará entre 6 mil y 8 mil millones de dólares a todos los que pagamos impuestos, poco sabemos, es más, ni siquiera escuchamos a la madre tierra decir que si al permiso, pero de que va, va, a pesar incluso de la madre tierra.
Y es que si la madre tierra hablara, seguro diría que no, porque para cumplir el capricho del presidente de la República se van a tener que desmontar kilómetros y kilómetros de selva.
Es un hecho, como lo han advertido organismos nacionales e internacionales expertos en la protección de la biodiversidad, se pondrá en grave peligro a por lo menos la mitad de la población del Jaguar, de por sí en peligro de extinción, pero además se cree que peligran también buena parte de los acuíferos subterráneos.
Exageran los de la derecha que antes no decían nada, los que están perdiendo privilegios, los que eran indiferentes ante el asesinato lento, pero sostenido del país a manos del PRIAN, seguro dirán los fanáticos de AMLO, esa ha sido la reacción a todas las críticas que se ha ganado a pulso el Gobierno de la Cuarta Transformación.
Lo real es que ni López Obrador, ni nadie de su gobierno ha mostrado los permisos para la obra del Tren Maya, no sabemos exactamente las coordenadas del trazo, no hay un estudio de impacto ambiental y de estrategias de protección a la flora y fauna de la zona donde se construirá.
Peor aún, no hay un estudio de impacto económico, porque nadie sabe cuánta gente tienen proyectado use el tren como para que valga la pena gastar esos 8 mil millones de dólares.
Si está bien claro que el Presidente tiene su mira puesta en el sur, allá por donde está su rancho La Chingada en Palenque.
Y nadie podría cuestionarle a AMLO los deseos de hacer justicia a la zona más pobre del país, el sur, porque siendo la parte del país con mayores recursos turísticos, energéticos y de biodiversidad, también es la más pobre, donde la desigualdad sentó sus reales hace muchos años.
Lo lamentable es que solo haga con proyectos como el Tren Maya del que hay más dudas que certezas, basado solo en buenos deseos, en discursos que le llegan ‘al pueblo bueno’, pero que no pasarían a veces el filtro de la ley.
“Ya en este presupuesto se refleja que se le va a dar atención especial al sur y al sureste de México”, dijo
“Esto no es un capricho o una imposición porque de acá es el presidente de México, es sobre todo un acto de justicia porque ha sido la región del país más abandonada y ya le llegó la hora al sureste, su tiempo”
Insisto, plausible que busque el desarrollo del sur del país, pero no a costa del deterioro del norte, no a costa de que se pierda lo ganado.
Me explico: el propio López Obrador ha dicho que el costo del Tren Maya se pagará con los recursos que se obtienen del Impuesto al Turismo, por el que México recauda alrededor de 370 millones de dólares al año.
Bueno pues AMLO ya dijo: “Vamos a contar con estos ingresos durante los 6 años”, porque supone que los turistas van a seguir viniendo al país el año que entra y los cinco más de su gobierno.
Pero, ni el Peje ni los suyos han reparado en que buena parte de los turistas vienen a México gracias a la promoción que ha hecho el gobierno federal en ferias, congresos, campañas y demás promoción en el mundo, ¿con qué dinero creen?, pues con el que piensan destinar íntegro al Tren Maya.
Pero si a eso le sumamos que las agencias de viaje internacionales, las aerolíneas ya han advertido que será muy difícil seguir operando en el país tras la cancelación caprichosa de AMLO del NAIM, entonces la cosa se pone peor, podríamos no tener ni para el Tren Maya, porque sin promoción, sin aeropuerto, la lógica indica que tampoco habrá turistas y si no hay turistas no hay lana para el caprichito.
¿Y para el norte?, ah pues AMLO falta a su palabra al retirar el apoyo para el metro de Monterrey, la presa Libertad, la ampliación de penales, lana para hospitales y reducción de recursos a universidades. Olvídense de la segunda línea del acueducto para Victoria y grandes obras para Tamaulipas, no habrá casi nada. Es la hora del sur!
Zorrilla… huele a prisión
El ex alcalde panista de Madero Andrés Zorrilla no tendrá ni por poquito, una feliz navidad. El viernes se destapó la cloaca con la que cerró su administración: andan bailando casi 400 millones de pesos. Le tienen documentada la facturación y pagos de una docena de empresas fantasmas, a las que se fueron varios millones de pesos. A ‘Don soberbia’ parece que no hay ya quien lo salve.
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