La fotografía es un mensaje, una confirmación política: Magdalena Peraza Guerra, dos veces alcaldesa de Tampico, aparece muy sonriente y vestida con una camisa color azul en una reunión organizada en la colonia López Portillo.
En la imagen, también con una prenda azulada, está uno de los
acólitos de la controvertida profesora: Alejandro Rábago Hernández, quien, por lo visto, no aprendió nada de su padre, José Francisco Rábago Castillo, en materia política.
Ese encuentro con alrededor de 25 colonos en la zona norte de la ciudad de las jaibas fue convocado por la maestra y operado por su incondicional ex regidor Pedro Monsiváis (integrante del Club de las Divas) y por Graciela Martínez Mena.
Al vestir de azul, Magdalena Peraza Guerra envía un mensaje que confirma la versión de que, en un nuevo brinco en el escenario político porteño, ya trabaja a favor… ¡¡¡del PAN!!!
Hace una semana, la ex alcaldesa de Tampico fue vista conversando
de manera amena con Germán Pacheco Díaz, panista y cabecista que despacha al frente del instituto a cargo de la infraestructura escolar en el estado. Esa plática se registró en la cafetería del Hotel Camino Real.
El diálogo con Germán Pacheco es clave para entender la vía por la cual Magda Peraza vuelve a operar con Acción Nacional: La Secretaría General de Gobierno, cuyo titular, César Verástegui, ‘El Truco’, es muy amigo del ex diputado federal tampiqueño.
Días después de la charla con quien fue su delegado en la zona norte durante su primera administración municipal (trienio 2011-2013), la maestra Magda se reunió con el secretario general de gobierno en un lugar del municipio de González.
Ahí se cerró el trato, el acuerdo político: La profesora dejaría
de coquetear con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y apoyaría con su estructura a los dos candidatos que postule el PAN a las diputaciones locales de los Distritos 21 y 22, de Tampico.
A cambio de ese respaldo político y territorial a favor de la bandera blanquiazul en la elección 2019, se entiende que el expediente en contra de la ex alcaldesa por las irregularidades administrativas presuntamente cometidas en su pasada gestión quedaría cerrado, puesto en el archivo del olvido.
Esa operación política, se reitera, corre por la vía que conduce a Ciudad Victoria. A nivel local, el objetivo trazado iba en otra dirección: desmantelar la estructura de Magdalena Peraza Guerra por medio del establecimiento de acuerdos directos con sus líderes en las colonias. Es decir, sin pactar con la maestra, sin perdonarle sus pecados.
Ejemplo de esta estrategia es la participación activa en la estructura de bienestar social de la localidad de tres operadores que se desmarcaron de ‘La Teacher’: Yuridia Blanco, Juanita Martínez y Alvaro de Jesús Garza Arroyo.
Con este nuevo brinco político, Magda librará cualquier observación a sus cuentas públicas… pero el desgaste político que sufre ante los diversos sectores sociales de la ciudad es muy desgastante.
La pérdida de credibilidad política de la ex alcaldesa pasa por su abierto coqueteo con Morena, escenificado con descaro el pasado Día de Reyes en un evento en el que apareció José Luis Ornelas Aguilar, quien busca ser candidato de Morena a diputado local por el Distrito 21.
Antes de esa repartición de roscas, en una reunión navideña realizada en casa de la ex síndico Yobani Hernández, a la que acudieron ex funcionarios y ex regidores de su gestión anterior, la profesora abiertamente promovió a dos personas, que estaban junto a ella, para ser candidatos de Morena en 2019.
Uno era José Luis Ornelas Aguilar, a quien en realidad ella relegó durante dos años, pero ahora por las circunstancías lo impulsaba. La otra persona era una dama: Paloma González Carrasco, ex regidora que sustituyó a Isabel Goldaracena en los afectos políticos de la maestra. ‘Palomita’, posteriormente, se hizo a un lado.
El coqueteo, el acercamiento de Magda Peraza con Morena llegó más allá: platicó con Ricardo Monreal, coordinador de la fracción parlamentaria del partido lopezobradorista en la Cámara de Senadores. También conversó con los operadores monrealistas en Tamaulipas. Ella les juró amor político para el proceso electoral de este año.
El romance entre Magda y Morena fue fallido por una causa: el dinero. Los morenistas pregonan y operan bajo la premisa de la austeridad republicana. En cambio, la profesora pidió recursos para mantener una estructura de 40 a 50 líderes de primer nivel en las colonias populares. La elevada cantidad fue vista con desconfianza por los lopezobradoristas. El rompimiento tocó a la puerta.
Magda dejó las blusas color guinda en el clóset y se puso la camiseta azul. En la Sociedad Líquida de nuestro tiempo no hay lealtades ni convicciones.
Ese es el capítulo del nuevo brinco político de Magdalena Peraza Guerra, quien como Alvaro Garza Cantú parece guiarse por la obstinación de dilapidar su capital político y, sobre todo, su nombre en la historia de Tampico: es la única mujer que ha sido presidenta municipal en dos ocasiones, por dos partidos políticos distintos. La unica.
Esa es una lección que no aprende la maestra: en vez de hacer desfiguros políticos con la izquierda y la derecha, debería buscar que su nombre resalte en la historia de la ciudad. Eso es lo único que queda al final de una trayectoria política. Por supuesto, es algo que no entiende.
Y PARA CERRAR…
¿Candidato sorpresa de Morena a una de las diputaciones locales de Tampico? Es empresario. Lo conoce el mismísimo presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador. Nomás está en que ese empresario se decida.