* El columnista es autor de las novelas “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y Premio Nacional de Periodismo 2016.
Este jueves por la mañana, AMLO insistió sobre la falsedad del combate a la corrupción durante los regímenes anteriores. Especialmente el encabezado por Peña Nieto.
Y se hizo la pregunta que nos hacemos todos: ¿por qué el flagelo considerado como la mayor desgracia de la república, no se calificaba de delito grave?.
Sucedió al inicio del sexenio de Ernesto Zedillo (con Z plis corrector), en enero del 94 cuando el congreso aprobó reformas que eliminaron una serie de agravantes que convirtieron, casi, casi, en inocente travesura, ejercer la corrupción desde la administración pública.
Ahora que de “poquito en poquito” vamos conociendo casos relacionados con el tema, sabemos que los ex funcionarios tenían motivos de sobra para ocultar sus deshonestas prácticas.
Y muchas de tales razones estarían ligadas a las cuantiosas fortunas logradas a la sombra del poder. Y ni modo que sea invento.
Y qué mejor que utilizando los vericuetos que permitía la ley, que como dijera Porfirio Díaz, “se respeta en la forma pero se viola en el fondo”.
De manera que hasta hace unos días la corrupción era simple travesura indigna de ser castigada con el debido rigor. Pero eso terminó, según las buenas intenciones del nuevo gobierno.
Hasta aquí vamos bien.
Sin embargo una segunda pregunta nos remite a la reflexión: ¿porqué no se castiga a los corruptos del pasado inmediato?.
Cierto, se habla de investigaciones que hasta ahora no conducen a nada. Al menos públicamente no sabemos que las famosas “carpetas” involucren a ex funcionarios importantes. De esos que decidían el cómo, cuándo y sobre todo, el cuánto.
El mismo AMLO afirma que la corrupción se barre de arriba hacia abajo, al tiempo que rechaza actuar contra “chivos expiatorios”. Y uno de pregunta (tan solo dos ejemplos de la nociva fauna), si Rosario Robles Berlanga o Emilio Lozoya, ¿merecen el indulto en su calidad de intermediarios o instrumentos, para apropiarse o manejar el patrimonio social, de acuerdo al interés personal o de grupo?.
En este sentido usted dirá que el castigo debe ser parejo “porque tanto peca el que mata como el que agarra la pata”. Eso mismo creemos todos. Nada de perdones.
Y no es que la mayoría mexica apueste por el linchamiento, sino nada más busca justicia, por la sencilla razón de que se atentó contra millones de familias que apenas sobreviven en su miseria, y otros tantos millones que vieron frustradas sus expectativas.
Terminar con la corrupción es el objetivo más importante del supremo gobierno. Además de representar la oportunidad histórica desde que la Revolución se hizo gobierno.
Entonces, “pa’ que andar con medias tintas”, como decía mi sagrada abue, (que el Creador ha de tener como consejera en los casos de solución difícil o imposible, que no es lo mismo pero es igual).
¿QUÉ LE DUELE A LA POLEVNSKY?
Yeidckol Polevnsky “se dejó caer” hacia el interior de su partido en lo que puede considerarse como autocrítica o de plano, una guerra declarada contra “las tribus” que de pronto asaltaron a MORENA.
Dice la mujerona: “Cuando vienen los procesos electorales los demonios andan sueltos. Todo mundo quiere meter la mano…son muchísimas las sabandijas que se nos han infiltrado.
Son muchos los que están echando ojo al partido de una manera mezquina y perversa. Están desatados, también porque ven el poder y muchos se dedican a vender candidaturas”. (¡Ay we!).
(Nota del autor: Sabandija, cualquier animalillo considerado perjudicial, generalmente de movimientos rápidos y escurridizos, en especial pequeños reptiles).
¿El pronunciamiento de la Polevnsky aplicaría para Tamaulipas?. (Es pregunta).
¿Acaso no hubo acusaciones contra el anterior delegado Enrique Torres Mendoza, respecto del “manoteo” de candidaturas?.
¿Y qué tal el pleito que se traen Alejandro Rojas Díaz Durán y Marco Carlos Cruz Martínez, por la misma razón?.
En este sentido dicese que el dirigente local José Antonio Leal Doria, espera recoger los restos de esta riña, reflejo de lo que sucede entre la Polevnky y Ricardo Monreal.
En este “herradero”, ¿cuál es el papel de Renato Molina Arias”, el neo delegado?.
Sea como fuere, lo cierto es que todo esto perjudica a MORENA y su incipiente militancia en Tamaulipas.
SUCEDE QUE
¿Sabía usted que el entonces presidente electo Adolfo Ruiz Cortínes (1952-58), (plis corrector, no modificar Cortínes), encargó a Norberto Treviño Zapata coordinar el evento de transmisión de poderes realizado en el Palacio de Bellas Artes?.
Lo consigna Salvador Novo (cronista de a de veras), en el tomo uno, correspondiente a “La vida en México durante el período presidencial de ARC”.
El escritor precisa que para el efecto NTZ “mandaba en todo”, describiéndolo como un joven líder, hecho para organizar y mandar, con su fuerte rostro, su nariz aguileña y cejas espesas y juntas”.
Ya sabemos lo bien que le fue a NTZ durante el régimen de ARC. Nada comparable con los tragos amargos que le esperaban en el sexenio de Díaz Ordaz, donde fue un perseguido político por su destacada participación en aquel memorable movimiento (1964-65), pro dignificación de los médicos al servicio del estado.
Y hasta la próxima.