El régimen fiscal augura entrar en recesión, cayó la entrada del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en enero – febrero y el gasto público en obra de inversión cayó un 80% en los últimos tres meses.
En enero de este año, se recaudaron por IVA sólo 90 mil 664.5 millones de pesos, lo que significó una reducción de 12.3%, la caída más alta en los últimos 10 años, considerando sólo el primer mes.
Por su parte, la recaudación del Impuesto sobre la Renta (ISR), también tuvo un mal inicio de año, pues si bien presentó ingresos mayores en 1.4%, es el crecimiento más bajo desde el 2015.
Desde octubre vienen cayendo los impuestos y por ende el gasto público. Los últimos datos de Hacienda revelaron que los ingresos presupuestarios fueron por 447 mil 959 millones de pesos, lo que significó una reducción del 7.5%, en términos reales y respecto del mismo primer mes del 2018.
Mientras los ingresos tributarios aportaron más del 50% de dichos recursos, los ingresos petroleros apenas contribuyeron con 9.9% del total.
Están anticipando un mayor déficit económico para este y el siguiente año con un crecimiento de la deuda en su versión ampliada respecto del PIB.
El gobierno prepara un nuevo recorte de la burocracia. No se abre la inversión e insiste en gasto social, sin embargo solo han aplicado un 10% de las becas NiNi, Adulto mayores y Discapacitados. Los programas productivos como Tandas y Apoyos al emprendimiento, tardan en operarse.
El gasto público en inversión por cada peso provoca 7 pesos de inversiones del sector privado, mismo que está escéptico. Urge disparar ambas inversiones para lograr despegar la economía y el empleo.
Los estados también están paralizados, debido a la lentitud de las transferencias presupuestarias.
Los estados además, están haciendo esfuerzos para mantener programas sociales en cierre, como el caso de las estancias infantiles, los refugios contra violencia de género, programas Bienestar social y desayunos comunitarios, entre otros. Los programas sociales del campo están trastocados por cambio de reglas operativas que han dejado de apoyar a grandes grupos de productores.
Las obras del Tren Maya, la Refinería Dos Bocas y el Aeropuerto Santa Lucia no disponen con estudios de factibilidad y de plan maestro. El Nuevo Aeropuerto de Ciudad de México tiene tres meses suspendido.
Hasta aquí se vislumbra una etapa de desaceleración ocasionada solo por factores internos.
Si se agregan los factores externos, esto se agravaría aún más: No se aprueba por el Congreso Democráta el T-Mec, la economía de EE.UU. tendrá su propia desaceleración a fin de 2019, se amenazan cerrar parte de los 55 cruces fronterizos por problemas migratorios, las calificadoras amenazan subir el riesgo país por la deuda de Pemex y por ende, la deuda externa mexicana.
Los expertos internos y externos pronostican un crecimiento menor al 1.50% del PIB en todo 2019. En 2020 se estima solo en 1.90%.
El consenso de 37 analistas consultados el lunes por el Banco de México (Banxico) ajustó su pronóstico para el Producto Interno Bruto (PIB) del próximo año de 2 a 1.90%.
Para 2019 el estimado de crecimiento para la economía pasó de 1.63 a 1.50%.
La propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) reconoció este lunes al presentar los Pre-Criterios Económicos, que la expectativa de crecimiento cayó a 1.9% en comparación del rango de entre 2.1 y 3.1% estimado en el paquete económico 2019.
También hay un ajuste a la baja en la economía con un rango de entre 1.1 y 2.1 por ciento cuando el Congreso autorizó uno entre 2.5 y 3.5% para el mismo periodo.
El empleo nacional se estima cerrará con menos de 400 mil nuevos empleos en 2019, después que el gobierno de EPN subiera el mismo en poco más de 4 millones de empleos formales en 6 años. 670 mil por año promedio.
Desaceleración con atonía fiscal y presiones inflacionarias, son variables que anticipan una posible recesión económica (más de dos trimestres con decrecimiento del PIB) si no se cambian las formas de recaudar y poner orden en las finanzas públicas (equilibrar el ingreso con un gasto más racional y productivo), privilegiar el gasto en inversión y menos gasto asistencial (electoral) al menos en el corto plazo.
Cierro mi columna, con una explicación sencilla de las causas y efectos de una recesión:
[…] La recesión se suele caracterizar por una reducción de casi todas las variables económicas como son:
La producción de bienes y servicios; El consumo; La inversión; El empleo, se produce un aumento del desempleo. Los salarios y los precios industriales tienen menos tendencia a bajar, pero tienden a subir menos deprisa en las recesiones económicas.
La recesión puede producirse de forma suave o abrupta. En este último caso hablamos de crisis. El proceso se complica cuando un elevado número de empresas entra en quiebra y arrastra a los proveedores pudiendo llegar en algunos casos a lo que normalmente denominamos crisis.
Tal disminución generalmente provoca un gran desempleo. Si la recesión es muy seria, se conoce como depresión […]
Fuente: https://m.zonaeconomica.com/ciclos-economicos