Ayer después del mediodía se reportó un incendio forestal por el ejido Casa del Campesino, del municipio de Llera, hasta donde acudieron las Instituciones gubernamentales y personal de auxilio, logrando contener las llamas que amenazaban con arrasarlo todo; afortunadamente no hubo personas lesionadas, aunque como siempre ocurre, el denso humo tuvo consecuencias.
A propósito de lo anterior, hemos venido comentando que ante los intensos rayos del sol que están cayendo sobre la Tierra y muy en especial en Tamaulipas se recomienda tanto al turismo local como regional apagar las fogatas que inician forman en las orillas de los ríos Guayalejo y Sabinas, pues al no hacerlo provocan incendios en el área rural, como es el caso que estamos comentando, por
lo que sería conveniente que las autoridades en sus tres áreas de gobierno tomaran cartas en el asunto a fin de estar prevenidos y listos para cualquier emergencia de éstas.
Por supuesto que no es la primera vez que esto ocurre; sin embargo, los gobiernos anteriores se han olvidado de dar forma a un cuerpo de voluntarios que estén listos y debidamente capacitados para intervenir en una contingencia como a la que nos venimos refiriendo, máxime cuando estamos en los inicios de la temporada de
calores y según se puede observar será larga y problemática.
En fin, creo que estamos aún a tiempo de crear un equipo de bomberos y con los implementos necesarios para enfrentar esta clase de siniestros y si a éste les damos las herramientas para que desarrollen bien su trabajo pues mucho que mejor.
A propósito, hace precisamente un año hubo un incendio forestal que provocó fuertes daños en las cercanías de Llera con rumbo al balneario La Peñita, dejando devastadas un buen número de hectáreas de bosques y matorrales.
El incendio, si mal no recuerdo, fue irresponsablemente provocado, y aunque esta mala costumbre no ha sido posible erradicarla sí es importante que el municipio cuente con un equipo de “apagafuegos” para contrarrestar esta clase de siniestros que ponen en peligro la vida humana.
Lo que trae a mi recuerdo que hace muchos ayeres toda una familia murió a consecuencia de una explosión provocada por un descuido, pero más que todo al mal manejo de la pólvora, y como las llamas consumieron toda la vivienda con sus moradores, sus cuerpos fueron velados en el viejo kiosco del pueblo de mis mayores y de ahí conducidos al panteón municipal, donde recibieron cristiana sepultura.
La familia, si la memoria no me falla, se dedicaba a la fabricación de cohetones y castillos para las fiestas grandes del pueblo… en ese entonces quien esto escribe tenía a lo sumo ocho años de edad y es fecha que no lo olvido.
En fin, sólo resta decir “cuidado con la lumbre, porque ésta crece en escasos minutos arrasando con todo lo que encuentra a su paso”.
Ah, por favor no tire cigarros encendidos a orilla de la carretera.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.