Por estar en activo en redes sociales y prensa, los ex presidentes panistas FOX y CALDERON volvieron a unir a México en su contra, del ausente, priista, PEÑA no se habla ni por parte de la presidencia, ni por la prensa. El tema de la seguridad que el estado paga para que cuiden a los ex mandatarios, se calentó por un supuesto asalto al rancho de los FOX, que en pocas horas se aclaró y todo quedo en otro chascarrillo del standopero ex presidente. No era comando armado, eran guaruras cuidando una boda en las inmediaciones de Guanajuato.
Sin embargo, las expresiones mediáticas hicieron reaccionar al presidente que de pronto instruyó más guardia que los protegiera, pero “sin excesos”, se apuntó, el preocupado FOX agradeció la distinción, y aprovechando el viaje CALDERON también aviso de su preocupación y dio retuit al mensaje original de FOX, y así ambos “ex” se subieron al tren del meme, en la red.
La confusión de dos elementos de seguridad que intentaron entrar al Centro FOX, dio pie al debate sobre si se debe o no cuidar a estos personajes, se reveló que CALDERON pidió hace tres meses más seguridad y por parte de presidencia se le asignaron, ocho elementos para cada uno. El reclamo social es que este par sea tratado como ciudadanos, nada más, sin guardia individualizada. Ni el mismo presidente actual trae consigo tantos elementos como los ex mandatarios.
Enredados, políticos y gente del espectáculo, que a veces son los mismos, unieron sus voces y tuits para exigir que se les quite la seguridad a los ex gobernantes. Con esta ola de opiniones, se enterró de pronto, el clamor social sobre la Guardia Nacional, que siempre si tendrá cabeza militar y será anunciada esta semana.
Hasta parece que el del pijama de puntitos ha sido contratado por la 4T para entretenernos cuando debemos estar serios.
En Boca Cerrada
Y cuando los periodistas son la nota, la discusión mediática sube de nivel, un hecho que supuestamente ocurrió en la escuela nacional de periodismo de más prestigio, la CARLOS SEPTIEN, abre la ventana a más denuncias de acoso sexual, esta vez con nombre y apellido, la víctima da su versión y el maestro acusado también, hasta parece un ejercicio de comunicación de cómo no hacer periodismo en esta época de falsas notas. El #MeToo seguirá encendido, contando más historias, que pueden ayudar a la prevención y atención de un tema que no debemos bajar de la agenda.