Ayer en Cholula Puebla, la maestra Elba Esther Gordillo, conformó lo que todo mundo sabe:
que va por la dirigencia del SNTE, que hoy está en manos de un tipo gris, intrascendente y pusilánime: Alfonso Cepeda Salas, un coahuilense de muy cuestionada reputación entre los maestros de su estado y del país, quien además de la mano de Juan Diaz de la Torre, desmantelaron políticamente al SNTE y lo pusieron a los pies del poder, dándole la espalda al más del millón de maestros afiliados al sindicato.
Elba Esther Gordillo y Andrés Manuel López Obrador, se deben favores mutuos. Ella le promovió al tabasqueño más de 5 millones de votos que le sirvieron de mucho para ganar la presidencia de la República el 1 de julio del 2018. El, logró que Peña Nieto la perdonara de los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa por la que fue acusada, detenida y encarcelada el 26 de febrero del 2013.
A través de las redes progresistas, que operó Rafael Ochoa y el tamaulipeco Enrique Meléndez se convirtieron en los mejores aliados y promotores del voto a favor de López Obrador. Pero el acuerdo principal entre ambos fue la cancelación de la Reforma Educativa. Eso los hace a ambos, socios, cómplices y aliados que van a sellar esa unión con la formación del Partido Progresista que está en proceso de construcción y que será apéndice de Morena.
La recuperación del SNTE por parte de Elba Esther ha sido silencioso, pero intenso. Los operadores de la maestra, quien por cierto ha confiado en gran medida ese trabajo Enrique Meléndez, tienen hasta ahora, el 95 por ciento del control de las secciones del país; no les falta nada para apropiarse arrebatarle la dirigencia a Alfonso Cepeda.
Ayer, en Cholula, la maestra hizo dos anuncios:
Que va por la presidencia del SNTE, y que no busca confrontarse con el nuevo gobierno, pero pidió respeto.
“Sed de venganza no la tengo, pero sed de justicia sí. Yo sentí mi derecho legal y legítimo, al ser exonerada de llegar a la presidencia del sindicato cuando haya una elección libre, con voto secreto, universal y secreto”.
Andrés Manuel, sabe que con la Coordinadora (CNTE), a quien a través de Morena le cedió casi 80 diputaciones que hoy están en San Lázaro, no puede hacer nada. Por eso ha impulsado el regreso de Elba Esther, para que por medio de los maestros, estas, le den a AMLO el apoyo que hoy le niega y le regatea la CNTE. La prisa de La Gordillo de ir por la presidencia del Sindicato, se debe a que al presidente le urge tener el respaldo a su Reforma Educativa y que la Coordinadora obstaculiza.
La pregunta que todos se hacen es si con el retorno de Elba Esther al SNTE, el sindicato volverá a ser el mismo de hace 6 años, y la respuesta es no, porque la Gordillo, dicen, quiere retirarse por la puerta grande del sindicalismo magisterial, deseando que la recuerden como la heroína que fue o se sintió ser cuando tenia 20 años, antes que Carlos Jonguitud Barios la convirtiera en una de sus favoritas y Carlos Salinas de Gortari la usara para acabar con el cacicazgo del propio Jonguitud, “esas manchas en su carrera las quiere borrar la maestra de su vida sindical”, dicen los que ahora la ver transformada.
Elba Esther, “es otra; los años en la cárcel la transformaron y su regreso es para limpiar su nombre”.
Pero los que no van a cambiar, aseguran son los liderazgos regionales que andan con ella y que creen que al recuperar el control del SNTE, retornaran las viejas prácticas corruptas que tanto daño la hicieron al sindicato y a la educación en México.
En Tamaulipas y en Nuevo León, muchos “gordillistas” ya se frotan las manos y se afilan las uñas, porque dicen recuperaran los años perdidos. Lo que no saben es que la maestra, millonaria al fin, no le interesa el poder económico, sino lavar su imagen y preparar un retiro digno, con el reconocimiento que le de el gobierno de la Cuarta Transformación que se convirtió en el redentor de cacicazgos corruptos como el de Napoleón Gómez Urrutia o carreras políticas tan oscuras como la de Manuel Bartlett y otros que hoy son “Siervos de la nación” que están expiando sus pecados.
Elba Esther, por lo pronto, está regreso.