Si lo calificáramos con sus propios parámetros y con sus propias palabras, el Presidente Andrés Manuel López Obrador sería hoy un siniestro, un mal gobernante, al que la evidencia muestra casi fuera de control, desesperado, conduciendo a un país sin rumbo.
Así es mis queridos boes, AMLO está inmerso desde el fin de semana tal vez en la peor crisis de imagen de los poco menos de cinco meses de gobierno provocada por la ejecución de 14 personas en Minatitlán Veracruz, entre los que se encontraban cinco mujeres y un bebé de apenas un año.
El silencio del presidente tras más de un día de la masacre, la pésima actuación del gobernador Cuitláhuac García, que se encontraba en un evento deportivo y la reacción posterior de ambos, pero sobre todo de AMLO desataron la furia de ‘las benditas redes’ en su contra.
Y es que la imagen del pequeño tirada en un charco de sangre junto a la docena de cadáveres aterrorizó primero y enfureció después a buena parte del país y López Obrador le echó gasolina al fuego, que si bien no lo calcinó, si lo dejó bien chamuscado.
“Callaron como momias cuando saqueaban y pisoteaban los derechos humanos y ahora gritan como pregoneros que es inconstitucional hacer justicia y desterrar la corrupción. No cabe duda de que la única doctrina de los conservadores es la hipocresía. Son como sepulcros blanqueados”, fue la primera declaración de AMLO sobre la ejecución masiva, cuando la nota ya era vieja en los medios.
En Twitter y Facebook le querían linchar, porque lo menos que se esperaba el ‘pueblo bueno’ era una condolencia por la muerte de mujeres y sobre todo del pequeño bebé inocente.
Pero además, ha quedado claro que buena parte del país ya no le va a aceptar al Presidente que a cualquier calamidad recurra a la misma cantaleta culpando al pasado, sobre todo sin hacer lo propio, apareció entonces el #AMLORENUNCIA
Y entonces vino también la respuesta de López Obrador, cuando la las redes le habían vapuleado.
“Duele mucho enterarse y tener noticias como estos asesinatos viles de Minatitlán, todo esto es fruto podrido, todo esto que se heredó de la aplicación de una política económica antipopular y entreguista, lo único que les importaba era robar, saquear, no estaba hecho para servir al pueblo, estaba convertido en un facilitador para la corrupción, todavía tenemos que enfrentar esa inercia, esa mala herencia, ese fruto podrido, el cochinero que nos dejaron, pero vamos a limpiar al país, se va a acabar la corrupción y va haber justicia, me canso ganso”, dijo otra vez culpando al pasado.
Y es cierto, a AMLO le dejaron un cochinero de país, por eso el pueblo lo eligió, porque ya estaba hasta el copete de PRI y PAN y porque el tabasqueño vendió la promesa que desde el 1 de diciembre pasado la inseguridad acabaría, la corrupción lo mismo.
El pueblo le creyó, porque con 18 años en campaña tendría que haber tenido un diagnóstico más que claro del país que le heredarían, por eso ahora no se le acepta que se diga sorprendido del cochinero que le dejaron, porque para que lo arreglara es para lo que lo contratamos como presidente.
Lo claro, lo evidente, lo que los números de sangre indican, es que AMLO no parece tener idea de cómo bajar los índices de inseguridad, porque en principio ni siquiera reconoce que tenemos un gran problema, más bien ha tratado de ocultarlo, con cifras falsas de baja en el número de ejecutados que luego le dejan como mentiroso.
Y si, sus fans tienen razón cuando se quejan de que no es posible que en cuatro o cinco meses se resuelva el problema de la inseguridad, pero los detractores por sistema de AMLO y los críticos serios sólo recurren a las propias palabras del ahora presiente y si a estas nos remitimos entonces el mesías se tambalea del ‘trono celestial’
“El siniestro de Yunes Linares ofreció en campaña que en seis meses habría seguridad. Se venció el plazo y sólo ayer 16 ejecutados en Veracruz”, dijo contra el ex gobernador de Veracruz a los seis meses de que éste tomara el mando.
Y esto en alusión a Enrique Peña Nieto en el 2017, refiriéndose a la inseguridad y número de ejecutados en el sexenio peñista.
“Napoleón decía: “si el crimen y los delitos crecen, es evidente que la miseria va en aumento y que la sociedad está mal gobernada”.
¿Por qué tendríamos que exigirle menos a AMLO que a EPN o a Calderón?, claro que no, al contrario, a López Obrador tendríamos que exigirle más, porque sus antecesores no tuvieron nunca el poder que éste tiene ahora: amplia mayoría en el Congreso y el Senado, un Poder Judicial casi tomado por los suyos, los dos principales partidos de oposición en niveles de debilidad histórica, 30 millones de votos como capital democrático.
Lo que falta entonces es estrategia, inteligencia y mucha humildad, porque lo que sobra son muertos, excusas e intolerancia… si sigue así, el pais se le irá de las manos.