* El columnista es autor de las novelas “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”, y Premio Nacional de Periodismo 2016.
Por contundente mayoría, la diputación federal canceló la “reforma educativa” de Peña Nieto, haciendo con ello elemental justicia al sector más noble, modesto y sufrido de la administración pública.
Recordemos que el magisterio fue humillado, marginado, reprimido, acorralado y condenado a la pobreza por los gobiernos anteriores, especialmente por los neoliberales encabezados por Fox, Calderón y EPN.
Se trató de eliminar la educación pública, laica y gratuita, para ceder espacios a la privada cuyos “ideólogos”, ya sabéis, piensan y actúan muy diferente al interés mexica y por supuesto, a la tradición histórica que reseña la interminable lucha por la soberanía nacional.
De manera que la reforma peñista no existe más. Y es a partir de esta premisa que inicia el rescate de la dignidad magisterial pisoteada, entre otras cosas, por un “instituto de evaluación”, tomado como pretexto para despedir a quienes presuntamente no aprobaran exámenes tendenciosos, y mal intencionados, cuya elaboración siempre se acreditó a la burocracia aristócrata de mentalidad fascistoide, es decir, discriminatoria y racista.
Las tonterías de Aurelio Nuño y los frecuentes errores en los libros de texto gratuitos, formaron parte de la intención de pervertir y confundir los objetivos de la enseñanza pública.
Recordéis aquella pequeña que en un evento puso en evidencia la ignorancia del entonces titular de la SEP, quien trató de tomarlo a broma, como si el penoso asunto no reflejara el desastre que afectaba la formación de las nuevas generaciones.
¿Y qué tal la limitación de ingreso a las normales públicas que incluyó la desaparición de muchos centros de estudio de este tipo?.
¿Y la reducción al mínimo de plazas para egresados en un país donde se requiere cada vez más y mejor educación, y sobre todo, apegada a nuestra realidad?.
En este sentido esta práctica aun existe. ¿Cómo es posible que cada año deban competir miles de profesionales del ramo, por obtener uno de los escasos puestos de trabajo?…¡Y por contrato anual!.
Ojalá y la nueva propuesta oficial incluya la garantía laboral que por derecho corresponde a quienes deciden servir a la nación desde el aula escolar por lejana que se encuentre.
Cómo hacían los viejos maestros pues, aquellos que con cariño, respeto y admiración recordamos.
El asunto es que la reforma peñista fue cancelada y con ello una vergonzosa etapa de ignominia ordenada desde el exterior por el Fondo Monetario Internacional, y operada hacia el interior por un grupo de traidores, corruptos e inmorales escudados en el poder público.
Se me pasaba decirle que a los votos de MORENA contra la multi mencionada “reforma”(381), se unieron los de Encuentro Social, PT, Verde Ecologista, Movimiento Ciudadano, ¡y del PRI!.
En el lado opuesto, PAN y PRD (con 79), lo cual ya no oculta su indecente matrimonio, dicho sea sin ganas de ofender.
VAN SOLO POR LA MARCA
Por otra parte, desde luego que los serenados ánimos en MORENA a nivel nacional, traerá beneficios a la organización en Tamaulipas, pese a Antonio Leal Doria y ciertos candidatos de los que no existen pruebas documentadas y suficientes, para merecer la respectiva nominación.
Se relajan las diferencias y guardan por ahora, las ambiciones de controlar el partido de AMLO.
Digamos que se trata de un pacto de no agresión, mientras transcurre el proceso electoral. En tanto, Yeidckol Polevnsky y algunos de sus colaboradores, aprovecharon la circunstancia, (que no es otra que el llamado de atención de AMLO), para un viajecito a China y puntos intermedios.
Mientras, Alejandro Rojas Díaz Durán el feroz crítico de la dirigente, realiza estratégico repliegue, dando oportunidad a que su jefe Ricardo Monreal “mueva los dados”, en la intención de borrar la bien lograda imagen de “golpista”, en MORENA.
¿Cómo entonces se beneficia la organización en la entidad?.
Elemental porque los electores ya más tranquilos, se disponen a votar por la marca ideada por AMLO y no por los candidatos, (que en su mayoría aparecen cual fantasmas en obscura noche invernal).
Pero bueno, al final los votos contarán para la Cuarta Transformación. Eso esperamos.
SUCEDE QUE
A propo de candidatos. En los barrios capitalinos se recuerda a aquellos que cuando acudían a hacer campaña, lograban algunas mejoras gracias a sus gestiones, como arreglo de calles, reposición de lámparas de alumbrado público, introducción de agua potable, etc.
De manera que al dialogar con los electores, ya portaban argumentos y pruebas para solicitar el voto y sobre todo, obtener credibilidad. Tal clase de candidatos ya no existe.
Ya sabéis que ahora todo se reduce al verbo cadencioso de la demagogia, instalación de espectaculares y desplegados publicitarios que solo distancian más del interés colectivo.
Pareciera que la intención “de servir” olvida lo más importante, es decir, la respectiva realidad de cualquier comunidad. Por ello “los compromisos de campaña” no pasan de ser pinceladas de engañosa sinceridad…y ni modo que sea invento.
Y hasta la próxima.