A nadie que está en un partido le gusta salir expulsado. Quizá la mayoría de los jugadores que reciben una tarjeta roja la consideran injusta y por ello reclaman a todo el cuerpo arbitral.
Pero hay quien simplemente no sabe controlar su enojo y toma decisiones que no son las mejores. Para ejemplo, el siguiente caso que salió publicado en el sitio Mirror.
Este miércoles, el futbolista Julius Muraga, que juega para el Kidlington Development recibió la tarjeta al minuto 73 en el duelo contra el Cheltenham Saracans, de la Primera División Oeste de Inglaterra.
Instantes después de que salió del campo, misteriosamente se fue la luz en todo el estadio DN Fire.
Al ir a investigar el incidente, el jugador se justificó diciendo que confundió el interruptor de las regaderas con el de la cancha. Qué coincidencia, ¿no?
Después del ‘error’, el juego se reinició a los cinco minutos con victoria del Saracans por 3-1.