Imposible pasar inadvertida. La foto de la ficha policial de Alyssa Zebrasky ha pasado ya a la historia de las imágenes más extravagantes de la policía estadounidense. Pero el rostro tatuado de esta mujer de 27 años no es lo único que la ha llevado a convertirse en una de las caras de la semana, que también, sino su reincidencia delictiva: ha pasado por el calabozo tres veces en medio año.
Zebrasky presentaba en 2012 un aspecto angelical: pelo rubio y expresión de una joven alegre. Muy distinto al que se puede observar en su ficha policial: el color de su cabellera ha pasado a rojizo y su cara se ha llenado de tatuajes. En la frente lleva una enorme telaraña bicolor y alrededor de los ojos se ha adornado con una decoración que recuerda a las calaveras del Día de los Muertos en México. También se ha tatuado la parte superior de la nariz y los pómulos, y los labios simulan estar cosidos.
Alyssa Zebrasky fue detenida el pasado 23 de abril en el condado de Mahoning, en el Estado de Ohio. Fue llevada entre rejas por un requerimiento judicial relacionado con sustancias estupefacientes, aunque ninguna fuente aclara si se trata de un hecho reciente o tiene que ver con causas pendientes anteriores.
En diciembre de 2018, fue arrestada por tenencia de drogas y robo en una tienda de Walmart en Boardman, en Iowa. Y un mes antes fue detenida por obstrucción a la justicia en Austintow, también en el Estado de Ohio, después de protagonizar una persecución policial junto a un hombre. Los agentes le dieron caza cuando llegó a una vivienda. La pareja alegó que no se habían detenido porque tenía urgencia por ir al lavabo.
Con información de El País