Aunque no lo crean, pero las elecciones constitucionales para diputados celebradas el día de ayer, domingo 2 de junio de 2019, fueron las más bajas de las que se
tiene memoria en Llera, al grado que preguntábamos a la gente por quién votaría y respondía que no sabía, pues no conocía quiénes eran los candidatos y tenían razón, pues estos no se dejaron ver como ocurría en años idos, en que recorrían el pueblo y realizaban paradas cívicas hasta en las principales comunidades rurales… hoy todo eso es pura historia, por lo tanto no hay nada qué decir o escribir.
Y es que el engaño es difícil de aceptar hasta que llega el momento de la verdad y esto es lo que pasó… el pueblo ya no cree y le dio la espalda al sufragio.
Es cuánto.
En cambio sí tuvo la ocurrencia de ir al río no me dejará mentir si le digo que hubo más gente que en las casillas.
A propósito, a los jóvenes de hoy no les llamó la atención ir a votar.
A la prensa no les interesó el proceso.
Los candidatos brillaron por su ausencia.
Antes hasta había un muertito y ahora ni siquiera un golpeado.
Antes hasta había compra de votos y hoy ni regalados los quieren.
Por lo tanto andamos mal en esta cuestión.
Y es que hoy día ni los partidos políticos llegan a oficinas, bueno salvo uno o dos que se fueron a refugiar a sus casas.
Los líderes políticos no son capaces ni de mover a la familia.
La neta, ya nadie cree en ellos y ellas.
De plano no saben convencer, de política menos y de la gente tampoco.
Por lo tanto hablemos mejor de otros temas, por ejemplo de la sequía que afecta a Tamaulipas.
Caray, qué tiempos aquellos cuando de niños gritábamos:
Salvador, Salvador, quita el sol y pon el agua.
Hoy por más que gritamos nadita de agua.
Pues mire usted, el campo luce abandonado, el limón agrio dejó de ser negocio desde el momento mismo que Carlos Salinas de Gortari cerró la planta de cítricos.
Cerró el Banco Ejidal.
La CNC prácticamente desapareció.
Los citricultores viven al día o de plano abandonaron la campiña para irse a las ciudades en busca de un mejor destino.
La ganadería se acabó y la Confederación Nacional Ganadera vive de sus recuerdos.
En fin, qué tiempos aquellos cuando había exposiciones y ferias ganaderas.
Cuando los semovientes se atravesaban en las carreteras y causaban uno que otro accidente.
Bueno, antes hasta abigeatos había y hoy no hay nada qué robar.
En fin, sea por Dios y las 11 mil vírgenes, ya volverán mejores tiempos.
Para concluir, vaya un mensaje para las secretarías gubernamentales federal y estatal:
¿No sería posible que se formalizara un impulso agrícola hacia las orillas de nuestras carreteras nacionales y estatales a fin de dotarlas de árboles frondosos que den sombra a quienes viajamos por carretera y de vez en cuando nos dan ganas de comer o echarnos una buena descansada?
Ojalá haya alguien “que le ponga Jorge al niño”.
Aaaaah….no se olviden de darle una limpiadita al cauce del río Guayalejo sobre todo debajo del puente, pues está cubierto de maleza y ya tenemos muy cerca los ciclones, y este olvido podría provocar una inundación al pueblo de mis mayores, como hace poco más de cincuenta años, aparte que ofrece mal aspecto al turismo.
Hoy es lunes, día de mercado rodante en Llera, por lo tanto vamos a invitar a los inspectores de comercio para que se den sus vueltecitas por ahí, pues ahora resulta que sale más caro comprar ahí que en otro lugar, digo porque dan kilogramos de novecientos gramos.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.