Hace exactamente tres años, un día como hoy era domingo, la historia política de Tamaulipas estaba por cambiar, 86 años de control férreo del PRI tenían como desatino para esa tarde la derrota total, estrepitosa, vergonzosa, a manos de Francisco Javier García Cabeza de Vaca entonces candidato del PAN a la gubernatura.
Así es mis queridos boes, en este espacio muchas semanas antes lo esbozaba, lo advertía con las precauciones que el viejo régimen imponía.
Por aquellos tiempos era ir contra la corriente, contra la intolerancia que el poder dictatorial tricolor que veía la crítica como una declaración de guerra y que ameritaba de su parte la amenaza, la advertencia.
Yo insistía, pese al riesgo, en este espacio quedito, pero personalmente en grupos de análisis, en invitaciones a charlas con estudiantes, en discusiones de café, que Cabeza de Vaca se enfilaba a un triunfo histórico contra el PRI y contra su candidato Baltazar Hinojosa.
Siempre apelé a la temperatura política de la calle, porque me jacto de ser un buen conversador, de tener facilidad para socializar y de andar ahí donde los de a pie, que somos la mayoría, hablamos sin poses.
El taxista, el barbero, la señora de las tortillas, los del Oxxo, el bolero, los meseros, ahí donde el pueblo dice las verdades sin tener que quedar bien con nadie se dibujaba la inminente victoria del ex alcalde de Reynosa, mientras todas o casi todas las encuestas ‘maiceadas’ insistían en que Baltazar Hinojosa ganaría de calle.
Recuerdo aquel día en que Baltazar convocó a un evento en el Metro de Tampico a periodistas de Victoria y otros puntos de Tamaulipas, aunque mi trabajo es en La Razón, en el puerto, andaba en la capital y acepte la invitación de su gente de prensa.
Era ida y vuelta a Tampico, íbamos en una camioneta, recién comprada, casi 20 periodistas, de Victoria y la plática era el posible resultado de la elección. El debate casi de tornó en gritos, porque nunca cambié mi pronóstico: Cabeza de Vaca iba a ganar.
Quien moderaba la discusión decidió entonces hacer una encuesta entre quienes íbamos ahí. En ese sondeo Baltazar Hinojosa si arrasó, Cabeza de Vaca sólo tuvo una mención, la de quien esto escribe. “Pero como te atreves”, “sería un desastre”, “te van a…”, entre otras linduras recibí por el atrevimiento y cuando llegamos a Tampico muchos me veían como si me hubiera caído en una letrina.
Por cierto en ese evento, Baltazar Hinojosa se deslindó de Egidio Torre Cantú, en un intento de rescatar la campaña que ya estaba perdida, aunque no él ni los que a mí me veían como apestado querían reconocer.
“El candidato soy yo mero, no soy Tomás, no soy Eugenio ni Egidio y mucho menos seré Francisco García Cabeza de Vaca, lo digo con la frente en alto, soy Baltazar y siempre he sido una gente de bien”, dijo Baltazar ahí frente al papá de Egidio y ante el asombro de propios y extraños.
Era, lo recuerdo como si fuera ayer, un 24 de mayo, 12 días antes de la elección. Los estrategas del PRI habían decidido echar toda la carne al asador, hasta desconocer a Egidio y renegar de Geño y Yarrington. El entonces aún gobernador hizo como que aguantó vara, pero en cortito, pero para que se supiera despotricó contra su propio candidato, pero esa es otra historia.
Dos semanas antes yo había comido en Tampico con Jesús Nader, hoy alcalde de Tampico y me explicó las expectativas de la campaña de la que formó parte importante: “Cabeza va a ganar hasta por 800 mil votos”, me insistió, lo que yo repetía sin decir la fuente a mis colegas.
Cuatro días después, Baltazar y los suyos se aventaron otra intentona temeraria de apuntalar su imagen, su campaña. Difundieron a lo largo y ancho de Tamaulipas el 28 de mayo una encuesta de Consulta Mitofsky que aseguraba que iba a ganar por 100 mil votos más que Cabeza de Vaca.
Recuerdo mis discusiones sobre la misma con colegas y compañeros, porque yo había visto las que manejaba para uso de estrategia el PAN de Cabeza de Vaca y el resultado era todo lo contrario.
Ese día me llamó al celular el candidato del PAN, hoy gobernador, estaba encanijado y me quedo corto, porque sabía que la encuesta de Mitofsky era una jalada, porque las de él, hechas con toda la seriedad lo demostraban. Esa también es otra historia.
Ese 28 de mayo, era sábado, la encuesta de mentiras le imprimió ánimo a los priistas que se hacían con hueso cuando Baltazar ganara y más de uno me dijo: qué harás cuando Balta sea gobernador. En todos los casos respondí que seguir siendo periodista, porque insistí en mi pronóstico, para entonces ya tenía menos amigos.
Ocho días después, el domingo 5, Tamaulipas y Cabeza de Vaca llegaron a su encuentro con la historia. A las 12 del medio día, pregunté al equipo de campaña azul como iba la elección “va con madre mi amigo”, recuerdo que le respondió mi contacto ahí.
A las 14:00 horas, la euforia contenida en el equipo de Cabeza de Vaca era ya muy evidente, “estamos arrasando amigo”, me insistió un tocayo del ahora gobernador.
Cerraron las casillas y apenas pasadas las 18:00 horas Baltazar y la dirigencia del PRI volvió a intentar engañar, se declararon ganadores.
Pero la historia estaba escrita: Cabeza de Vaca los había barrido, gubernatura, congreso y alcaldías importantes eran para el PAN: con el 50.15 por ciento y 721 mil 049 voto hacía añicos a Balta y el pronóstico de Mitofsky y los de quienes escribieron toda la campaña que sería gobernador, solo obtuvo 486 mil 124 votos; es decir el 36 por ciento.
Tres años después Cabeza de Vaca tiene mucho que festejar, de su mano, el PAN este domingo ganó 21 de 22 diputaciones locales en disputa, si lo ve felicítelo. Mañana, hablaré de los cambios en todo este tiempo. Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong