MELITÓN GARCÍA DE LA ROSA
Para el 6 de junio del 2016, un día después de la victoria histórica de Francisco Javier García Cabeza que terminaba con 86 año de dominio priísta, el PRI de Tamaulipas se sumió en un ‘luto’ del que no ha podido levantarse en estos tres años: derrota tras derrota, traición tras traición y los ajustes de cuenta
Así es mis queridos boes, el más evidente de todos fue sin duda el del entonces gobernador Egidio Torre Cantú contra Baltazar Hinojosa, con el que supongo aquel 24 de mayo se rompió toda cordialidad al deslindarse de él frente a su padre en Tampico a 12 días de la elección.
Hubo dos momentos en los que yo noté el evidente distanciamiento de Egidio y Baltazar, el primero, cuando junto a los directivos de Expreso/LaRazón me tocó comer con Torre Cantú, por ahí de mediados de la campaña.
La plática versaba sobre el sexenio que estaba por concluir y desde luego la campaña y nuestros pronósticos.
El encono que luego ya no se ocultó todavía se matizaba, pero Egidio advertía lo difícil que le parecía la campaña de Baltazar, porque el candidato no se dejaba ayudar, pese a que había dispuesto para él todo lo que en personal y recursos se necesitarán.
El ejemplo con que dibujo la campaña priísta fueron los panorámicos de Baltazar: palabras más, palabras menos, decía Egidio: se le ponen todas las muestras de imagen para los panorámicos, los expertos le dicen ‘este es el mejor’, ‘cualquiera menos este’ y Balta escoge el peor. Como aquel en el que en pleno verano de 40 grados aparecía la foto del priísta con un chaleco de pluma de ganso rojo.
Hombre frío, calculador, agrio pues, Egidio se burlaba de su candidato, porque no había forma de que le pudieran ayudar: está muy difícil, insistía.
Pero luego del 24 de mayo en que todos consideran Baltazar le hizo una grosería al invitar a su padre al evento donde renegaría de él las cosas cambiaron.
Pasado el 5 de junio y la derrota que dejó moribundo al PRI cuerudo, Egidio preparó otra reunión con periodistas, esta vez de varios puntos de Tamaulipas, ahí estuve, recuerdo que Gloria Montalvo, encargada de la Casa de Gobierno nos retiró los celulares antes de entrar con el gobernador.
Ya en la comida, Egidio no se limitó para hablar de su candidato perdedor, ese día nació el apodo de El Paquetito para Baltazar, Egidio lo bautizó así, cuando describió que del CEN o Los Pinos les mandaron el candidato, al que describió más o menos así: “llegó el paquetito, si bien bonita adornada y todo, pero adentro no traía nada”
Recordó el entonces gobernador, como Baltazar fue encapsulado por su grupo compacto y rechazó toda la ayuda que le mandaron. Distanciamiento, soberbia, mal cálculo y desdén por muchos priistas que luego se fueron al PAN era su hipótesis de la derrota.
También recuerdo que ese día, dos periodistas le agradecieron a Egidio y a Guillermo Martínez su apoyo para un viaje a China.
Por cierto, esto no nos lo contó Egidio, pero fue un secreto a voces, cuando más allá de la mitad de la campaña Memo Martínez había renunciado a comunicación social del gobierno estatal y se sumaba a la campaña de Balta.
Describen que el recién llegado a la campaña, luego de un evento donde debían presentarlo, se acercó a la camioneta de Baltazar y se subió a la fila de asientos traseros, atrás del candidato y éste sin el menor rubor le instaló en su sitio: tú no vas ahí, aquí conmigo va el doctor Felipe Garza, yo con él me siento muy a gusto, tu busca otra unidad en que irte. Lo bajó. También supe la reacción del desairado, pero esa es otra historia.
La guerra estaba declarada pues, cuando Baltazar pierde, se declara ganador, luego se esconde y Cabeza de Vaca festeja y el PREP confirma lo que todos sabíamos, que le había sacado 15 puntos porcentuales, el priísta decide dar la cara.
Agradeció a los militantes que lloraban la derrota y luego con los periodistas ahí en el Hotel Paradise, lo que recibió fueron reclamos: no se nos ha pagado la campaña, le soltó uno y le siguieron varios.
Yo no les debo nada, endilgándole la responsabilidad a Felipe Garza, quien días después renunció al PRI, que porque los habían dejado solos.
Comenzaba entonces la desbandada tricolor, la mayoría de los operadores se fueron al PAN y otros al proyecto que ya sonaba de AMLO.
El 1 de octubre de ese año Francisco Javier García Cabeza de Vaca asumió como gobernador de Tamaulipas, en un evento en el que advirtió que no había borrón y cuenta nueva y que el que la había hecho la pagaría. Hoy el ex gobernador Eugenio Hernández Flores está en la cárcel y muchos de sus colaboradores o regresaron millones en bienes o siguen en problemas con la justicia, pero esa es otra historia.
Desde entonces el PRI de Tamaulipas va en picada: 486 mil votos en 2016; 360 mil en 2018 y 88 mil este domingo.
Roberto González Barba, la polémica…
Ayer Roberto González Barba dio a conocer una. Rata abierta en la que pedía la renuncia de Yalhel Abdala a la dirigencia del PRI, en la que le señaló de oportunista e impuesta y le exigió transparentar muchos millones que ese partido recibió para su funcionamiento.
Pronto vino la respuesta,
“Ese señor que por unos pesos como Judas se vendió al panismo tampiqueño, entregado para satisfacer a su jefe político local en turno… De verdad no tiene ninguna calidad moral de señalar cuando se entregó al sistema azul, que vergüenza tanto de uno como de otros”, dice un screen shot de un grupo de ‘was’ del sur. Le reclaman que le pagaban entre 10 mil y 15 mil al mes y ni abría el comité en Tampico. Seguro la novela seguirá. Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong