Realidad de los tiempos de la peculiar democracia mexicana: en la elección por la renovación del Congreso de Tamaulipas realizada el pasado domingo, el abstencionismo llegó a un nivel prácticamente récord: 66.85 por ciento.
En otras palabras, la estadística es fría: casi el 67 por ciento de los ciudadanos no salió a votar.
En algunos distritos, como el número uno, con cabecera en Nuevo Laredo, la cifra de abstencionistas fue impresionante: 75 por ciento.
Al Primer Distrito sólo acudió a votar el 25 por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal.
Algo parecido ocurrió en los cuatro distritos electorales que integran el mapa político de Reynosa, donde el flujo de votantes rondó entre el 26 y el 27 por ciento.
Es decir, el nivel de abstencionismo en el municipio con el padrón electoral más grande del estado superó el 70 por ciento.
Si bien se registraron casos ‘singulares’ (así, entre comillas) en los Distritos 13 y 16, con cabeceras en San Fernando y Xicoténcalt, donde, por lo visto, los ciudadanos tienen mayor ‘conciencia cívica’ y alcanzaron un nivel de participación electoral del 48.5 y 47.1 por ciento, la tendencia indica flujos de votación entre el 27 y el 32 por ciento.
Como bien se sabía, desde el momento en que sólo se iba a elegir a los diputados locales que integrarán la siguiente Legislatura del Congreso del Estado, se anticipaba una escasa participación ciudadana. Fue, como se pronosticó, una elección fría.
El abstencionismo es un tema de actualidad, pero que no es nada nuevo, es una problemática que se arrastra desde hace muchos años.
Los antecedentes históricos indican que la sociedad mexicana sale a votar en mayor número cada seis años, en las elecciones por presidente de la república, reflejo de un país que sigue apostando a que un solo hombre defina -casi por mandato divino- el futuro desde Palacio Nacional.
Pero ¿por qué la gente no salió a votar el domingo pasado en Tamaulipas? Esta problemática no es nueva en la construcción de la democracia mexicana. Es un tema recurrente en los procesos electorales al ser un patrón de conducta de los ciudadanos, una sociedad que se caracteriza por ser pasiva.
Desde hace mucho tiempo, el fenómeno del abstencionismo ha sido estudiado por sociólogos e investigadores.
En un artículo publicado en la revista Nexos en 1989, Miguel Basáñez y Enrique Alduncin identificaron que ‘los principales segmentos abstencionistas son los jóvenes y las personas con baja escolaridad y muy bajos ingresos’.
Eso sucedía hace 30 años y sigue sucediendo. Quien crea que la joven generación ‘millennial’ generó conciencia a través de las redes sociales y salió a votar el pasado domingo, se equivoca. Ni los jóvenes ejercieron su derecho al voto, ni la comunicación digital empujó a los ciudadanos a las urnas. Eso no pasó ni de chiste, ni de broma.
Una de las conclusiones de esa publicación de la revista Nexos, interpretación basada en encuestas, señalaba: ‘El abstencionismo se correlaciona en forma inversa a la escolaridad: a mayores estudios, menos abstención’.
Esa lectura de la realidad electoral mexicana sigue siendo válida: La participación electoral, producto del civismo o interés ciudadano, tiene que ver directamente con la educación.
Ese es el punto central para emprender un verdadero cambio en México: la educación de calidad. La creación de un sistema educativo que enseñe a pensar, que aliente el pensamiento creativo, un modelo educativo que mejore en serio sus contenidos y que enriquezca a los estudiantes con la metodología de la ciencia y la cultura. Una educación digna del siglo 21.
Una educación que modifique patrones de conductas socioculturales que tanto daño le han hecho al país, entre ellos, el abstencionismo, la apatía por salir a votar.
ALMA LAURA Y CHUCHO RECIBEN A DIPUTADOS ELECTOS
Como corresponde al protocolo, los presidentes municipales de Altamira y Tampico, Alma Laura Amparán y Jesús Nader Nasrallah, recibieron a los ganadores de la elección de diputados locales por los Distritos con cabeceras en ambos municipios.
Fue el miércoles pasado, cuando la alcaldesa altamirense recibió y felicitó a Miguel Gómez Orta y Karla Mar, diputados locales electos por los Distritos 18 y 19, respectivamente. Ellos, muy sonrientes y contentos, se comprometieron a respaldar al Ayuntamiento con su trabajo de gestión.
Por su parte, Chucho Nader dialogó ayer con Mon Marón y Rosa María González, quienes triunfaron en las urnas el 2 de junio y que, señaló el alcalde, ‘serán los mejores aliados de Tampico’.
‘Estoy seguro que serán dos diputados muy comprometidos con los tampiqueños’, dijo el presidente municipal sobre la labor que emprenderán Rosa y Mon en el Congreso del Estado