CIUDAD DE MÉXICO.- El conductor Francisco Stanley Albaitero nació el 3 de julio de 1942. Se convirtió en una figura de la televisión gracias a programas como ¡Ándale!, Llévatelo y ¡Pácatelas!
En la cima de su carrera, decidió mudarse de Televisa a Televisión Azteca, en diciembre de 1998, para realizar el programa Una tras otra.
Medio año después de su cambio, Stanley fue asesinado el 7 de junio de 1999, al salir del restaurante El Charco de las Ranas, ubicado en la Ciudad de México.
La noticia conmocionó al país porque el actor era querido por su simpatía y el alcance que había alcanzado en la televisión, pero también por el “miedo” que generó la forma de su muerte.
Con 20 disparos de un arma de fuego hacia su camioneta, Stanley falleció de inmediato junto con un agente de seguros que pasaba por ahí y entre los heridos se encontraba su compañero, con quien también desayunó ese día, Jorge Gil.
Personalidades del espectáculo salieron a dar sus condolencias, pero también a exigir a las autoridades (en ese entonces el jefe de Gobierno Cuauhtémoc Cárdenas) dar fin a la inseguridad a la que se enfrentaba la ciudad, pues se decía que se había tratado de un asalto.
A su despedida acudió una multitud que le llevó rosas para despedirlo a la funeraria, para luego ser testigos de su traslado para el entierro en el Panteón Español.
El caso del presentador quien también trabajó en La Carabina de Ambrosio fue abierto por la procuraduría con tres líneas de investigación: narcotráfico, crimen pasional y problema profesional.
El otro de sus acompañantes, Mario Bezares, quien se había quedado en el baño antes del atentado, fue inculpado junto a Paola Durante, entonces edecán del programa, de planear el atentado; ambos fueron liberados por falta de pruebas. En 2011 fue detenido Luis Alberto Salazar “El Bolas”.
Deuda condonada
Un expediente de la procuraduría capitalina sobre el asesinato de Paco Stanley señala que, por una fuerte deuda económica, Luis Ignacio Amezcua “El rey de las metanfetaminas” lo planeó junto con Erasmo Pérez Garnica “El Cholo”, durante una reunión en la zona 3 estancia 9 del Reclusorio Sur el 22 de abril de 1999. “El Cholo” y Paola Durante debían acordar el día del homicidio con Mario Bezares, quien, a cambio de ‘ubicar a la víctima’, saldaría su deuda con Amezcua y al mismo tiempo se libraría del préstamo que le hizo Stanley.
Vínculos con el narco
En el boletín de prensa de la PGJDF con fecha 27 de agosto de 1999 se establece que existía una estrecha relación de Amado Carillo “El señor de los cielos” y Paco Stanley; incluso, que lo recibía en sus oficinas. Durante un asalto en noviembre de 1998, en el restaurante Las gaoneras, el conductor de televisión recibió la primera amenaza de muerte, ya que, al ser despojado de su reloj, le informó que había sido enviado por Luis Ignacio Amezcua a matarlo.
Después del incidente, Paco Stanley tramitó un permiso de portación de arma ante la Secretaría de Gobernación, que le fue otorgado el 11 de mayo de 1999; además, contrató a los hermanos Fernando y Enrique Pérez Tamayo como escoltas.
Trascendió que a Paco Stanley lo mataron porque le debía dinero al narcotráfico, al parecer se había negado a pagar una deuda y había mandado a volar a su proveedor.
Por eso, el 7 de junio de 1999 en el restaurante El charco de las ranas el conductor de televisión fue asesinado de cuatro disparos en la cara y la cabeza; además, Jorge Gil recibió seis disparos. Mario Bezares resultó ileso porque tardó 15 minutos en salir del baño, pero las constancias de la averiguación previa señalan que fue el responsable de que Paco Stanley estuviera colocado en la posición exacta que requería “El Cholo” y sus acompañantes para ejecutar el crimen.
Traición a un buen amigo
Durante años, las bromas de Paco Stanley con respecto a la esposa de Mario Bezares en los programas de televisión en vivo eran recurrentes y se especuló que el hijo de Brenda no fuera de Mayito, sino de Paco. Hubo quienes pensaron que Mario Bezares conspiró para matar a Paco Stanley, ya que se congraciaría con el narco y eliminaría a su ‘amigo traidor’.