Una vez curada la resaca tras los festejos de la barrida que le dieron a MORENA y al PRI en la elección del domingo ante pasado, en el PAN y sobre todo en las estructuras administrativas formales emanadas de esos colores comenzará, o ya comenzó, un reacomodo de espacios, donde tiene que ver el papel que cada quien jugó en el triunfo azul.
Así es mis queridos boes, en palabras más llanas, se cocinan los ajustes naturales, los cobros de facturas y los premios al esfuerzo, porque hubo quienes se partieron el lomo para que el PAN ganara 21 de 22 diputaciones locales, pero también los que jugaron a la traición, a la doble cara y más bien buscaban la derrota para sus siglas.
Y es que hubo personajes que creyeron que perdiendo el PAN ellos ganaban, porque perdiendo el azul, perdía también el liderazgo local y entonces veían en ello la posibilidad de asumirlo, por eso enfundados en la camisa azul, apostaban por los morenos o por el PRI.
En ese contexto, es que en la estructura estatal de gobierno y en no pocos ayuntamientos han comenzado a prender la barredora, se irán equipos completos que jugaron las contras y entraran los que dieron el ciento por ciento y más.
No es nada nuevo, es la política y las cabezas de equipos, de estructuras, los operadores, quienes han sido y quienes quieren ser lo saben, juegan a apoyar o se arriesgan traicionado sabedores de las consecuencias que tiene una u otra postura.
Un ejemplo: en Tampico hace poquito más de un año, Jesús ‘Chucho’ Nader ganó la alcaldía por 64 mil 741 votos, más de 10 mil con respecto a la maestra Magdalena Peraza (hoy encerrada a piedra y lodo en sus temas familiares) que por aquellos meses defendía la causa tricolor.
Y resulta que hace dos domingos, Mon Marón obtuvo en el distrito del norte 21 mil 633 votos, mientras que Rosa González (Azcárraga, tal vez ya no se avergüence del segundo apellido, total ya ganó) sacó 24 mil 710 en el del sur.
Entre ambos, ahora diputados locales electos, suman apenas más de 46 mil votos, a pesar de que la indicación del mando político era echarle todos los kilos a la campaña, en la que tendrían que haber estado jalando todos; candidatos y liderazgos en la zona.
¿Entonces dónde quedaron los casi 20 mil votos de diferencia entre la campaña victoria de Chucho Nader y la de Mon y Rosa?.
Ese es el botón de muestra del que les hablaba, habría que escarbarle a las zonas en las que cada cabeza de estructuras tenía la obligación política de sumarle a los candidatos. Se acuerdan que aquí les dije en campaña que gente como Germán Pacheco, traía doble camiseta en la elección.
No es mentira, aquí les adelante y lo reitero, Pacheco ofreció toda o buena parte de su estructura a los candidatos del PRI. Ya lo había hecho antes, pero el 4 de abril en el Aeropuerto de la Ciudad de México le reiteró su ofrecimiento a los priístas, despotricando contra los candidatos de su partido.
La estrategia de Germán Pacheco, quien aseguran que Mon y Rosa no prendían, era atravesar todo lo que pudiera en su contra, para que perdieran y que se responsabilizara a Chucho Nader de la derrota, como primer panista porteño.
Su teoría: pierde Mon o Rosa o los dos, Chucho cae de la gracia del jefe y entonces yo salgo ganando, en el 2021 seré el candidato a suceder a Nader y así.
No le salió, porque como a él, en las huestes azules ya habían detectado el tufo de la traición y apretaron en el resto la campaña, previendo la ‘Chicanada’
Bueno, pues como ese caso hubo más en el Estado de los que se tienen registros, por eso nadie debe sentirse sorprendido cuando se anuncien recortes en las estructuras municipales o renuncias por motivos personales.
¿Y los turistas electorales?
Por cierto, ya se dieron cuenta que apenas el partido de la 4T mordió el polvo de fea manera en Tamaulipas y se acabaron los viáticos de los paisanos encumbrados en la CDMX que turisteaban con propósitos electorales los fines de semana por estas tierras.
¿Pues qué mala cara vieron Héctor Martín Garza, oficial mayor de la SEP que ya no se acordó de su tierra tras la derrota, igual que Rodolfo González Valderrama titular de RTC, a quienes les gustaba harto que supiéramos cada que pisaban estas tierras santas?
¿Será acaso que no quieren que la derrota los salpique?, ¿será que son de esos que dejan huérfana a la derrota y de los que se ponen para la foto solo cuando se trata de festinar triunfos aunque sean ajenos?. Seguro obtendré respuesta.