Las palabras matan, quien opine lo contrario que revise los tiroteos con alto contenido racial que cegaron la vida de, hasta ayer, 30 personas en Estados Unidos, porque insisto, las palabras asesinan y más si estas promueven el odio, la discriminación, la división, el enfrentamiento.
Así es mis queridos boes, nos debe de doler la muerte de incidentes en Texas y Ohio, nos debe doler mucho más porque entre las víctimas había al menos siete Mexicanos, pero no tiene porque sorprendernos, cuando el odio, la segregación, la violencia es alentada ni más ni menos que por el discurso del hombre más poderoso de esa nación: Donald Trump.
“Cuando México envía a su gente, no nos mandan a los mejores. Nos mandan gente con un montón de problemas, que traen drogas, crimen y son violadores”, ha dicho el presidente Trump en campaña al referirse a México y los mexicanos
“Fue una gran noche para México, como siempre, están acostumbrados a arrebatarnos lo nuestro más que ninguna otra nación”, dijo, luego tras una entrega del premio Oscar en el que arrasaron los mexicanos.
Si para Trump los mexicanos somos ‘hombres malos’, claro que lo seremos para cualquier ‘idiota’ fanatizado por el discurso del republicano, con acceso a drogas y armas, educado por los videojuegos, como ocurrió el sábado por la noche en dos ocasiones.
Claro que el discurso divide, provoca, genera odio y mata cuando viene de un líder como un presidente de Estados Unidos, un religioso o un artista.
Hoy decenas de familias en EU y en México lloran a sus muertos, víctimas del discurso incendiario, racista y asesino al que su presidente ha acostumbrado a los gringos y al mundo, palabras de odio que generalmente llevan como blanco a los mexicanos.
Estúpidamente tras la tragedia, enésima por cierto, vuelve la discusión sobre la venta de armas en Estados Unidos, donde hasta tradicional es tener con que defenderse en los hogares sajones, cuando la discusión de fondo debe ser otra, la del discurso de odio.
Por eso aquí y en otros espacios otros opinadores, hemos insistido en el discurso del nuestro, si del presidente de México Andrés Manuel López Obrador que estoy seguro, lejos de abonar a la unidad nacional, genera pelito, conflicto, separación de clases sociales y económicas y poco falta para que criminalicé a los que no viven en la pobreza, porque tener dos pesos más que el más pobre ha sido suficiente para que AMLO le diga corrupto, conservador, fifi y mal mexicano a quien trabajó para ganárselos.
El fin de semana vimos las matanzas en Estados Unidos, si, y los mexicanos tenemos la oportunidad de vernos en ese espejo, antes de que el discurso de odio de López Obrador contra la prensa, contra los ricos, contra los empresarios, contra la derecha tenga un saldo fatal como el generado por Trump.
Porque acá sería peor, porque acá en México lo que se está sembrando es el odio entre mexicanos, porque para AMLO los malos no son los gringos, para él y algunos o muchos de los suyos, los malos somos los que criticamos, exigimos, contrastamos.
La sangre no ha llegado al río, pero el nivel de linchamiento a los ‘que no se han portado bien con la 4T’ cada día escala y pronto podríamos estar contando nuestros muertos de este lado.
Mafiosos, fifis, pirrurris, peleles, títeres, señoritingos, canallas, ternuritas, hipócritas, machuchones, mezquinos, neofacistas, son apenas algunos de los calificativos del presidente hacia los que no comulgan con él y que por eso considera sus enemigos.
Una por una es una ofensa, una por una genera odio y puede motivar a algún mexicano o algunos, a rebasar el límite de la discusión y un día cometer una estupidez como las del fin de semana en Estados Unidos, porque señores igual acá que allá circulan las armas, peor acá que allá circula la droga e igual acá que allá el presiente insulta, señala y genera odio.
Y podría ser incluso en sentido contrario, puede ser que un idiota que se sienta harto de los señalamientos de AMLO y sus seguidores se lo tome tan personal y asuma una actitud asesina.
Por eso creo que en México estamos a tiempo de parar la galopante carrera de enfrentamiento a la que está orillando el Peje a la sociedad, es tiempo de que del lado del presiente se entienda que urge moderar el discurso y tolerar la crítica o contestarla sin denostar, sin motivar el odio entre fans y oponentes.
Reiteró, hasta ahora la guerra interna parece que no ha pasado más allá de los memes contra AMLO y contra quienes no le apoyan, un día esos memes pueden ser balas entre hermanos, entre mexicanos… paremos ya!
¿Quién más como Germán Pacheco?
En cada municipio hay personajes que ya se sienten con las candidaturas panistas a las alcaldías para el 2021, ¿van a correr la misma suerte que el tampiqueño?.
Un botón de muestra es Miguel Gómez Orta, diputado local electo, pero que habla y se mueve y los suyos lo promueven como el próximo alcalde de Altamira. Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong