El 13 de marzo del 2016, cuando el PRI todavía estaba en el poder en Tamaulipas y aunque no gobernaba, pero cobraba como si lo hiciera Egidio Torre Cantú, cruentas balaceras cimbraron Reynosa, malos contra malos, marinos contra malos, bloqueos, incendios y caos desde las 4:30 horas, pero cuando salió el sol comenzó la limpieza, dos o tres cuadras fueron ‘aseguradas’ por las fuerzas estatales y entonces el último gobernador priista se paseó con José Antonio Meade, entonces Secretario de Desarrollo Social, caminaron, se rieron, chacotearon en la vía pública para luego boletinar que no pasaba nada.
Así es mis queridos boes, la nota oficial de entonces fue que el Gobierno de Tamaulipas no estaba debilitado, que Reynosa estaba en paz, porque por aquellos años cuando la sangre corría como rios por las calles de Tamaulipas el gobernador en turno creía que negarlo era suficiente, mientras cientos, miles morían o enterraban a sus seres queridos.
El recuerdo viene a cuento, porque la frontera chica de Tamaulipas ha visto en los últimos días el recrudecimiento de la violencia, misma que había estado contenida, ojo sin desaparecer por completo, en los últimos años, ya con Francisco Javier García Cabeza de Vaca como gobernador.
Hoy la historia es diferente, el panista, lejos de esconder la realidad que preocupa y duele a los habitantes de la también conocida como zona ribereña, toma el tema por los cuernos y lejos de la foto preparada, de los boletines que escondían, mentían, manipulaban, enfrenta el problema.
“El motivo de mi visita a es para reiterar el compromiso que tengo con las familias de Miguel Alemán y la región, se de los acontecimientos desafortunados de violencia que se han suscitado en los dos últimos días y como lo dije en el inicio de mi administración: aquí no vamos a seguir esas prácticas de aquí no pasa nada”, reiteró Cabeza de Vaca ahí en la zona más caliente de Tamaulipas
“Aquí si están osando cosas y vamos a actuar en consecuencia, lamento profundamente que se haya quitado el retén que estaba en el área de la ganadera, precisamente era una situación de contención para evitar que grupos crimínales quisieran entrar a ésta una de Miguel Alemán y la frontera chica”
Insisto, desde ahí donde los últimos días han sonado las balas y se ha generado la nota roja, Cabeza de Vaca ha reclamado a la Federación la parte que les corresponde en la lucha por pacificar a esa parte de la Entidad.
“Sin embargo he estado hablando con el Secretario de Seguridad Pública, el doctor (Alfonso) Durazo de las acciones que se deben llevar acabo en torno a pacificar a toda esta zona de la frontera de Tamaulipas”, insistió.
Pero además, muy distinto al mutis de Torre Cantú, Cabeza de Vaca el miércoles reiteró su promesa de campaña y de la toma de posesión de regresar el orden, de volver la paz a sus gobernados.
“Pareciera ver qué ahí hay algunos que no recuerdan cuál es el motivo por el cual se construyó un cuartel militar en Mier, fue con ese propósito y hay algunos que si tenemos memoria de lo que sucedió en el pasado, no lo vamos a permitir”, insistió.
“Y aquellos que creen que van a intimidar a las autoridades están equivocados, por parte de mi gobierno no habrá tregua contra los violentos, por eso estoy aquí y la próxima semana voy a regresar también a Miguel Alemán para restablecer el orden y la Paz”
Claro que solo con declaraciones no se recobrará la seguridad vulnerada, pero el reconocimiento de que están ocurriendo cosas, el salir y dar la cara desde donde pasa lo que ya no debiera ocurrir y el llamado a las acciones conjuntas entre Estado y Federación es el primer gran paso para la vuelta a la tranquilidad.
Lo he dicho en este espacio y a buena parte de los fans de la 4T no les gusta, pero si algo hay que reconocerle al gobierno actual de Tamaulipas es el avance en seguridad en estos tres años.
Viajar por las carreteras de Tamaulipas en el Gobierno de Egidio Torre era casi imposible después de que bajaba el sol, hoy podemos ir y venir sin problemas por todos los rumbos y la bronca de inseguridad se ha focalizado al área que ya señalaba el propio gobernador, una zona de Reynosa y eventos menores por otros rumbos de la entidad.
Pero quienes tenemos memoria debemos reconocer que el infierno que hoy se vive en Michoacán, Guanajuato, Guerrero o algunas zonas de la Ciudad de México los padecimos hace más de tres años en Tamaulipas y hoy son un recuerdo que nadie quiere volver a vivir y por eso reconocer lo que comienza a descomponerse es un buen principio. Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong