* El columnista es Premio Nacional de Periodismo 2016, autor de las novelas “Erase un Periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y del libro de cuentos, “Por acá dejó su alma”.
*Para Chacha de Alejandro y toda esa hermosa familia formada al lado de Pedrito Reyes Martínez, deseando que la cristiana resignación pronto llegue a sus corazones.
Fuera de la entidad y tarde, me enteré del fallecimiento de Pedrito Reyes Martínez. Uno de los personajes más auténticos, con quien orgullosamente mantuve amistad por casi cincuenta años, tras conocerlo en los inicios del periodismo como fotógrafo oficial.
No pude estar en su último adiós. Y me duele porque en esos tristes momentos tampoco pude abrazar a Chacha de Alejandro y la apreciable familia que lograron formar durante su amoroso matrimonio donde ya sabemos, siempre reinó el apoyo mutuo, comprensión, solidaridad, cariño, mucho cariño y un optimismo interminable, producto de su felicidad.
Este martes platiqué con Chacha, recordamos lo bueno y noble que fue Pedro. Y sobre todo su alegría por vivir. Sus anécdotas siempre positivas. Nada de amargura, resentimientos ni rencores. Jamás lo vi enojado, ni ofender o atacar a alguien. Su existencia fue respetuosa hacia todo y hacia todos.
Su mundo y permanente sonrisa, fueron de un hombre feliz por su familia, amigos, y una historia política que mostró el lado amable del ejercicio público.
Lo recordaremos siempre. Esta clase de seres especiales no surge todos los días. Estoy convencido de que se trata de esos milagros de la naturaleza, siempre bondad, nobleza y generosidad sin límite.
Descanse en paz Pedrito, mi gran amigo.
CON LA IGLESIA TOPAMOS
Ahora es el clero político quien ataca al gobierno. Y lo hace con la estrategia acostumbrada porque se trata de proteger los intereses de los ricos.
No extraña, porque la jerarquía católica fue capaz hasta de imponer al ridículo “emperador” que fue Agustín de Iturbide.
El asunto es que ahora la arquidiócesis, por medio de su panfleto llamado “Desde la fe”, llama a oponerse a las consultas a mano alzada y “a no temer a un gobierno que maneja de forma unilateral y unipersonal, los problemas del pueblo”.
Consignas repetidas a lo largo y ancho de la república por los curas locales, “a recomendación” de los obispos respectivos. En el centro del estado, correspondió hacerlo a Antonio González, reincidiendo en su protagonismo en diversos medios de comunicación.
Es lo que se considera un llamado a la desobediencia civil, que en otros tiempos produjo sangrientos conflictos en nombre de Cristo.
El hecho fue mencionado este martes durante “la mañanera” de AMLO, quien reiteró su respeto por las diversas creencias, pero llamó a no olvidar el papel del clero católico en la historia de México.
Aunque el presidente no dio importancia al asunto, sin duda que la tiene y en grado mayor, considerando que la jerarquía religiosa siempre ha estado del lado del poder político y económico.
Incluso participando de escándalos donde se involucra a gobernantes. Es el caso de la presunta anulación de la boda religiosa de Angélica Rivera y Alberto “el güero” Castro, anuencia obligada para la unión entre dicha hembra y Enrique Peña Nieto.
Dicese que el primer matrimonio de la actriz por la iglesia, fue tan falso como sus personajes televisivos. Pero esta es una historia propia más bien del chismorreo que atrapa a gente sin quehacer.
Recordéis que EPN y “la gaviota” casaron casi en secreto, en la catedral de Toluca en la apariencia de un amor eterno, que después se convirtió en malquerencia salpicada de odio.
De manera que el clero católico siempre actúa junto al poder político y económico. El columnista recuerda por ejemplo, el reportaje en Proceso, relativo a unas “deliciosas vacaciones” en España de Norberto Rivera Carrera, ex Arzobispo Primado de México, donde aparece al lado de cuatro de los más encumbrados personajes del dinero.
Se supone que los diversos viajes alrededor del mundo de Norberto, fueron o siguen siendo, patrocinados por la clase empresarial.
Como no existe duda tampoco, de que el actual mando político del catolicismo, es heredero de aquel que excomulgó a Hidalgo y asesinó a Morelos. Y más cerca en el tiempo, fue el mismo que estuvo atrás del crimen de Obregón y la guerra cristera.
Y ahora por supuesto, se forma con el neo-porfirismo que pretende derrocar, o al menos debilitar, el gobierno democrático que dirige AMLO.
En conclusión, no son raros estos ataques contra la Cuarta Transformación, porque responden a la costumbre de traición a México, por parte de la jerarquía católica.
Así fue siempre, solo que ahora la diferencia es el enorme apoyo popular hacia el gobierno. En este sentido la mayoría nacional está consciente de que le fe religiosa y el bienestar social, son cosas diferentes, sobre todo cuando históricamente está comprobado que la iglesia siempre apostó por el sometimiento popular, mientras alentaba, apoyaba y hasta participaba de la explotación de los pobres.
Con los ricos y políticos ladrones todo, con los jodidos nada. Salvo mantenerlos enajenados para hacerlos presa fácil. (Nota.- en lugar de “enajenados” quise escribir “apendejados”, pero me da pena echar a perder los últimos días de vacaciones escolares).
SUCEDE QUE
Pena por el fallecimiento de Laurita Garza Galindo. La recuerdo cuando una mañana llegó muy enojada al periódico donde laboraba, preguntando “por un tal Max Ávila” que según ella, la criticaba sin motivo.
Laurita dio sus razones y yo las mías, sin ponernos de acuerdo.
Pasado el tiempo terminamos siendo buenos amigos, tanto que me convertí en confidente de detalles producto de su actividad política, como cuando su mamá la sorprendió llorando porque no había resultado candidata a cierto cargo de elección, por culpa de un ex gobernador.
El hecho originó una amplia entrevista por la que el autor, sea quien esto escribe, recibió un premio estatal de la UPD.
Sin duda, Laurita abrió brecha en la participación política femenil.
Y hasta la próxima.