* El columnista es Premio Nacional de Periodismo 2016, autor de las novelas “Erase un Periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y del libro de cuentos, “Por acá dejó su alma”.
De acuerdo a evidencias filtradas por selectos “analistas”, PRI y PAN pretenden una mega alianza para enfrentar a MORENA a nivel nacional.
Se trata por supuesto, de preparar el camino rumbo a la sucesión presidencial, lo cual significa el remoto y poco probable retorno del neoliberalismo.
“¡Volveremos!”, amenaza el tricolor en anuncios espectaculares, como si fuera el término de vacacionales días.
Ya veremos si los mexicas lo aceptan, después de tantísimas pruebas sobre la descomposición del sistema que arrastró a la pobreza a setenta millones de paisanos.
En este sentido, el columnista está seguro que la república no querrá transitar de nueva cuenta, por la amarga experiencia dejada por los anteriores seis sexenios.
Sea por los treinta y seis años de inmoralidad política y corrupción administrativa, ejercidas a plenitud por los gobiernos del pasado.
El asunto es que los neo porfiristas están dispuestos a todo, por recuperar el poder. Como si los naturales de este país no tuvieran memoria, o como si la reciente historia pudiera ser borrada de un plumazo.
“Estos cabrones creen que somos pendejos de ahora”. (Frase escuchada a Pedrito Reyes Martínez, cuando platicaba sobre alguna situación que suponía ingenuidad popular).
Existen evidencias entonces, de encuentros entre Marko Cortés (no cambiar nombre plis corrector), y Alejandro Moreno Cárdenas. (Acercamientos, no tocamientos), dirigentes como sabéis del PAN y PRI respectivamente.
Ambos muy dolidos, que hombro a hombro buscan consuelo. Y pue-que lo encuentren, si es que antes no se desgreñan echando abajo sus promesas de una fidelidad política, siempre endeble, ligera y expuesta a los caprichos de la condición humana.
Panistas y priistas en realidad nunca han sido enemigos, ni siquiera adversarios. Ni como negar que Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo (dejad el apellido con Z, plis corrector), Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, pensaron y actuaron igual, respecto del saqueo y corrupción oficial.
Y desde luego, acerca del sometimiento al interés extranjero, ordenado por el Fondo Monetario Internacional, cuyas consecuencias están a la vista del portador.
Privatizaron todo y fracasaron en todo, (menos en lo suyo-propio), pero les valió pura y soberana progenitora.
“Son los mismos”, insiste AMLO. Y ni modo que sea invento.
La obra destructiva la culminó EPN cuyos detalles son material de escándalo tanto privado, como público. Lo más cómico es su comportamiento de frívolo seductor, con el que cree blindarse de la acción de la justicia.
En este último aspecto, hasta los incrédulos esperan sorpresas.
El rechazo al PRI y PAN en casi todo el país, corresponde al desprestigio bien merecido. Esto incluye confrontación y éxodo incontrolable hacia otras organizaciones, en especial hacia MORENA.
Usted dirá que hay excepciones como Tamaulipas, en el caso panista. Y es cierto porque obedece a circunstancias fraguadas desde el sexenio anterior, cuando el PRI literalmente dejó de existir, empujado precisamente, por quienes tenían obligación de apuntalarlo.
Aunque también hay ex panistas atrevidos, como Felipe Calderón y su esposa, quienes animados por quién sabe qué misteriosos patrocinadores, suponen suficiente liderazgo como para fundar “su” partido político.
¡Haga usted el recabrón favor!.
LA OTRA ALIANZA
Prematuro, pero no tanto. ¿En Tamaulipas qué tan probable es una alianza PRI-MORENA?.
Pudiera ser, si nos atenemos a la urgencia de ambas organizaciones por recuperar o conquistar espacios.
No es secreto que existen casi en la clandestinidad, por no decir que en la indigencia.
El tricolor es un fantasma venido a menos, cuya militancia vergonzante prefiere que sus próceres tomen lección de sus tonterías llevadas a la N potencia, que integrarse al gran esfuerzo por no desaparecer.
En el PRI solo hay despojos y pareciera que va camino al patíbulo, con la tranquilidad del viejo elefante en busca del cementerio.
Por ahora nada hay que inspire confianza. Ni siquiera el pequeño ensayo de democracia interna recién realizado, cuya ínfima votación dio cuenta del lamentable estado en que se encuentra.
En este sentido el PAN no tiene de que preocuparse. Pero ojo, si en el PRI se prende alguna neurona que busque fortaleza externa. Lo mismo pudiera suceder en MORENA.
Claro que de tal indigencia la militancia es la menos responsable, cuando en el PRI los excesos condujeron a la locura, mientras en MORENA la confianza, (y algunas veces la ambición), derrotaban a la inteligencia.
Al PAN no parece inquietar la sucesión estatal, aun la ven lejos debido al optimismo que recrea tener el mando.
Es aquí donde PRI y MORENA debieran utilizar con sabiduría y frialdad, la cuenta regresiva que ahora les atormenta.
Y una eficaz alianza podría ser la mejor solución. Si es que les importa el estado, si no, pssss no.
SUCEDE QUE
Carlos Loret de Mola fue despedido de Televisa. Solo falta que los adversarios de AMLO digan que pidió su cabeza al no soportar más sus ataques. (¿De risa o de locura?).
Y hasta la próxima.