MATAMOROS, TAMAULIPAS.- Aunque ni autoridades, ni organizaciones civiles han aceptado que en la frontera se vive una crisis humanitaria, sólo en Matamoros alrededor de 2 mil personas viven en condiciones de hacinamiento en campamentos que han instalado en inmediaciones de los puentes internacionales.
Sobre ello, el Instituto Tamaulipeco del Migrante tiene un registro de más de 10 mil migrantes retornados a esta frontera, no hay una cifra exacta de los que permanecen en la zona pues diariamente el Instituto Nacional de Migración ofrece un camión para trasladar a quienes deseen regresar a su país debido a los prolongados tiempos que deben esperar para su primera cita ante un juez de migración en Estados Unidos y las condiciones en que viven en la frontera tamaulipeca donde no tienen siquiera un lugar donde dormir.
Y aunque en su mayoría los que esperan en los puentes internacionales son centroamericanos y algunos cubanos, ahora en el Puente Viejo Internacional se registra un nuevo fenómeno y es la presencia de mexicanos-chiapanecos y guerrerenses- que desplazados por la violencia y la pobreza también quieren pedir al gobierno estadounidense que les dé asilo.
Decenas de casas de campaña han sido instaladas lo mismo en la zona federal del Puente Nuevo Internacional como en el bordo del río Bravo, aunque hay más familias que van llegando a la zona y se quedan en las banquetas del edificio del Instituto Nacional de Migración.
En el Puente Viejo Internacional por la avenida Álvaro Obregón ahora son decenas de familias las que esperan que su solicitud de asilo sea aceptada, según la información de Glady Cañas Aguilar, presidenta de la Asociación Ayudándoles a Triunfar quien comenta que se tiene una lista de 360 personas incluyendo una gran cantidad de niños.
Será una espera muy larga
El Protocolo de Protección a Migrantes que activó el gobierno de Estados Unidos a mediados de julio que contempla que los solicitantes de asilo esperen su cita ante un juez de migración en la frontera de México disparó la problemática pues de unas cuantas familias que esperaban por entrevista con las autoridades migratorias en el puente internacional se volvieron cientos y ya son miles.
Las carpas que han donado asociaciones mexicanas y norteamericanas son ahora el paisaje que ven quienes llegan de Estados Unidos a Matamoros por el Puente Nuevo lo que ya causa molestias a los ciudadanos de la frontera pues no solo es que ya prácticamente no hay paso si no que los olores fétidos por las letrinas instaladas en el lugar y sobre todo la falta de una higiene básica entre ellos llenan el ambiente.
Ni hablar del bordo del río Bravo donde los migrantes defecan ante la falta de servicios sanitarios, amén de que tiran la basura sin un control.
Los mexicanos también esperan
Al arribo de miles de migrantes de Centroamérica y Cuba que se hizo habitual desde hace poco más de un año, desde hace una semana en el Puente Viejo Internacional un nuevo grupo ha llamado la atención, son mexicanos procedentes de Chiapas, específicamente de la zona de San Juan Chamula y en un número menor guerrerenses.
“ Venimos todos de Chiapas y pues todos los que estamos aquí tenemos una necesidad, yo soy madre soltera traigo a mis tres hijos y pues ya llevo semanas aquí y no me dejan pasar, pasamos por el calor y el hambre ya no tenemos ropa y pues más cuando vamos allá arriba no nos dejan pasar”, aseguró Maria Díaz, una indígena tzotzil que se convirtió temporalmente en una especie de traductor entre las organizaciones civiles y sus compañeros de viaje.
En la avenida Álvaro Obregón y sus alrededores formaron un nuevo campamento donde esperan recibir respuesta a sus solicitudes.
“ De donde yo vengo no hay atención, venimos huyendo esperando que haya protección aquí porque de donde yo vengo no hay protección, no tenemos a quien acudir si entre los presidentes de ahí de Chamula se andan matando y donde vamos a ir, quien vamos a ir a pedirle ayuda”, afirmó la mujer.