En el mundo de sociedades cada vez más cambiantes, se modifican roles sociales y se eliminan algunos estereotipos que dan cabida a nuevas formas de vida, ahora las familias se constituyen de muy distintas maneras, a lo que se veía hace apenas una década, sin embargo el papel central de la mujer sigue siendo de proveedora de cuidados y el trabajo doméstico no remunerado.
Al respecto, la ONU Mujeres y el Colegio de México presentaron el informe “El Progreso de las Mujeres en el Mundo 2019-2020: Familias en un mundo cambiante” capitulo México, donde se publican detalles sobre el comportamiento del primer núcleo social y ofrecen consejos para garantizar que las familias sean espacios de igualdad.
El documento presentado este 9 de octubre en la CDMX convoca a revisar leyes, políticas públicas y recursos fiscales a fin de cerrar brechas de género; se reconoce que el modelo de familia cambia al tiempo del papel de las mujeres dentro de ellas, sin embargo se destaca que la participación laboral de las mujeres está estancada, aunque alcanza más espacios en trabajos remunerados, sigue enfrentándose a la doble o triple jornada, la de los cuidados y aseo en casa, estos sin remuneración.
A nivel global y en los extremos, se siguen registrando el matrimonio infantil y la maternidad a temprana edad, mientras que en otras regiones se aplaza la edad en que las mujeres se casan o deciden vivir en unión libre, en tanto que en otras sociedades cada vez más las mujeres aplazan la maternidad, dando prioridad a su desempeño profesional. En contraste y aunque no forman sus propias familias, son las cuidadoras de padres, hermanos y enfermos en casa, en ocasiones además aportando para su sustento.
En detalle en el periodo que se informa, en nuestro país se registra que 1 de cada 5 mujeres se casó antes de los 18 años, aumentando la deserción escolar, lo que las pone en desventaja económica; se apunta que las mujeres siguen siendo la piedra angular en el trabajo doméstico y cuidado no remunerado; también crecieron las familias con jefas de familia, pues 4 de cada 10 personas al frente de un hogar son mujeres.
Para revertir este estancamiento, los especialistas del tema sugieren al Estado: Garantizar servicios públicos de calidad, promover el acceso de las mujeres a ingresos propios, fomentar la igualdad de género, crear políticas públicas con enfoque de género y hacer más por los derechos de las mujeres.
Pero el Estado no podrá solo, para que nuestras familias sean espacios de igualdad y justicia, donde la mujer tengan voz y elección, a la vez de tener garantizados sus derechos humanos, seguridad física y económica, es necesario una introspección familiar, no nada más salir a lo público, como candil de la calle, en manifestaciones o redes sociales pidiendo más atenciones para las mujeres, sí en casa no colaboramos para que esto cambie.
Hay historias terroríficas que suceden tras cerrar la puerta, que nos mantienen estancadas.