La defensa del presupuesto para Tamaulipas ha agrupado a una buena cantidad de actores políticos, no necesariamente alineados todos en las filas de Acción Nacional.
El golpe al gasto en la entidad es tan duro y pega en tantos frentes que ha obligado a manifestarse lo mismo a campesinos de todas las agrupaciones, que a alcaldes y legisladores de diferentes partidos, incluido Morena.
Pero esta unidad en torno a una causa común, también ha evidenciado a algunos que, teniendo la obligación de incidir en este momento decisivo para el desarrollo del estado del año entrante, han preferido navegar con bajo perfil o de plano esconderse, acaso para no meterse en broncas con la 4T.
Los senadores de Morena, Américo Villarreal y Guadalupe Covarrubias, están en primer lugar dentro de esta lista. Poco o nada se han pronunciado sobre las necesidades presupuestales de Tamaulipas, es decir, en las últimas semanas han continuado en su permanente estado de intrascendencia.
Peleados entre sí -no se dirigen ni el saludo- ambos han pasado por la Cámara Alta con más pena que gloria. Se equivocó quien ingenuamente pensó que se involucrarían en la pelea por más recursos para el estado.
Otro caso muy particular es el de Erasmo González Robledo, quien ocupa una de las Secretarías de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en San Lázaro. Para cuidar el cariño de sus patrones, el único diputado federal tamaulipeco de Morena ha tenido que hacer mil malabares para justificar los recortes presupuestales que sufrirán fuerte estados como el suyo.
Ahora bien, si los antes mencionados tienen la excusa de seguir la línea política del partido que los llevó a ocupar una curul, resulta inexplicable la ausencia en el debate público de otros diputados federales tamaulipecos, incluidos algunos del PAN a quienes no se les ve por ningún lado.