Dices que te vas para siempre, como si fuese una broma, sin saber que es verdad que no vuelves, no al menos como tú lo piensas. Quién se va de la ciudad, cuando vuelve -si es que vuelve- ya no es el mismo que se fue, ni la ciudad es la misma que dejó. No fue un ir, ahorita vengo y encontrar lo mismo. Todo cambió. No cabe duda que la vida es muy lineal y narrativa. El que dice que vuelve en realidad empieza de nuevo.
No cabe duda que la vida nada más es una y es muy bonita, no cabe duda que la vida siempre es de ida y no tiene vuelta, aunque usted diga que va y viene, que al rato regresa. Hay quienes piensan que la vida es una sucesión de actos o de eventos, o como Heráclito, porque uno no se mete dos veces al mismo río. No son las mismas aguas.
Un hombre puede levantarse muy temprano y si no tiene nada que lo detenga puede emprender un camino sin regreso y es que los caminos son los únicos que tienen regreso. Uno es el que no lo tiene, por eso se inventaron los caminos, para cerciorarse de que se puede volver en cualquier momento. Aunque volver sea una utopía
El camino del hombre no tiene regreso. Porque o todo es ida o todo es regreso. Sin embargo lo común es ir, según se dice, y nunca es volver, porque volver también es ir al mismo tiempo. Ir y volver es ir al sitio que siendo el mismo es otro y más bonito.
Siempre vamos y cuando vamos llevamos la dirección, el sitio exacto o más o menos en qué calle y en cuál casa, de qué color, en cuál portón vamos a beber agua. Cuando volvemos lo hemos dejado todo. Si volvemos ya no encontramos a las personas que dejamos, son otras las que conocimos, les han salido los años por el cuerpo, les han salido canas,arrugas, silencios, han comprendido todo o no han comprendido nada, por eso están muy serios.
Por eso cuando vuelves, no vuelves sino que llegas a otra parte y aquí estamos todos nosotros otra vez los mismos siendo distintos, los del principio, los que no nos fuimos, con otros tenis pisando el pasto.
Una mujer que camina lleva de una vez ahí en sus pasos su propia historia, nada ha dejado afuera, todo lo lleva en la mochila, carga con sus talentos, con sus días de gloria y también con sus tristezas más pesadas y más frívolas.
Y si vas, en esa otra herida que llevas, llevas el nombre del hospital donde te van a curar. Y cuando sales empiezas a pensar y comienzas a caminar un regreso que se vuelve ida y que al llegar ya no encuentras la sangre que perdiste, ni las palabras que dejaste, ni los hechos, ni el arrepentimiento, ni el olvido, que es por lo que volviste. Encuentras algo más grande y más luminoso. Nuevos cines, nuevos restaurantes y otras agencias de coches.
Y vas de aquí para allá, corres, te despeinas y vas descalzo y sabes que de allá para acá no lo harías, si no es formalmente o tomando un atajo con más sabiduría. No con la jauría sino entre el monte, apartado de la manada. Y no serás el mismo porque tu sombra vería para el sur y no para el norte o para el oeste y no para el este, vería el marino, la montaña, vería los grandes campos fértiles y el altiplano agreste, porque en las fotos siempre sale el altiplano agreste y el fondo del océano.
El que corre sabe por qué corre, y es el último en querer volver atrás de sus pasos. Por eso el ir es no haberse ido y volver es haber estado siempre aquí. Además. Si realmente volvieras tendrías que encontrar la misma basura ahí en el poste. Y a la vuelta el perro escondido esperándote, el mismo, el perro negro que de niño te mordió una nalga, listo para morderte de nuevo, es decir tendrías que encontrar todo lo que había en tu historial cuando te fuiste. Es verdad que no te fuiste. Es verdad que no te has ido.
Y si vas lejos ves muchos paisajes, pero lo que no cambian son tus pies. Te das cuenta que no te has movido de ellos. Qué sigues vivo en ese país, en la planta de tus pies, que es el lugar donde vives, ahí dónde pisas. Donde no vas ni vienes, nada más estás anclado. Donde siempre has estado. En el mismo lugar donde todos te han visto hasta este momento.
Por eso, aunque digas que vuelves, es que ni siquiera te has ido, no te has podido mover de este sitio, sigues leyendo este texto hasta el infinito.
Sigues mirándome a los ojos.
HASTA PRONTO.