TORREÓN.- José Ángel “N”, padre del niño que perpetró el tiroteo en el Colegio Cervantes de Torreón, Coahuila, cuenta con antecedentes penales en Estados Unidos, de acuerdo con una ficha publicada por el periodista Javier Garza Ramos.
El documento publicado se atribuye a la Oficina de Prisiones de Estados Unidos, y según la información habría sido liberado el 28 de octubre de 2019, deportado por Texas y condenado por tráfico de drogas.
El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera Santiago Nieto Castillo dijo que se investigaban las cuentas bancarias relativas al abuelo José Ángel “N”, la madre Rebeca “N” y el padre del menor José Ángel “N”.
Nieto Castillo detalló que la Unidad a su cargo detectó operaciones poco usuales, como transacciones millonarias entre empresas vinculadas a ellos o de su propiedad, e incluso a Estados Unidos.
Agregó que ninguno de los señalados ha presentado su declaración fiscal anteriormente, por lo que podrían haber incurrido en el delito de lavado de dinero y fraude.
HILO con la ficha en la Oficina de Prisiones de EU del padre del niño que realizó el tiroteo en el #ColegioCervantes de #Torreón.
Fue liberado el año pasado y deportado por Texas. La ficha no señala en qué prisión estuvo. Fuentes informan de una condena por tráfico de droga. pic.twitter.com/ajL6u6Jai6
— Javier Garza Ramos (@jagarzaramos) January 15, 2020
Apenas la noche del lunes se informó la detención del abuelo del menor fallecido por parte de la Fiscalía General de Coahuila.
El fiscal coahuilense, Gerardo Márquez Guevara, aseguró que la captura fue por su presunta responsabilidad por el delito de homicidio por omisión.
Es decir, se le adjudica al hombre de 58 años la culpabilidad por ser el dueño de las armas y no tener el cuidado debido.
Esto también se debe a que las dos armas con las que el menor de 11 años perpetró el ataque pertenecían a su abuelo.
Una de las dos armas se podía poseer con permiso de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), pero la otra era de uso exclusivo del Ejército.
CON INFORMACIÓN DE LA SILLA ROTA