Si alguien creía que con el inicio del 2020 se iban a limar asperezas entre los integrantes de la bancada de Morena en el Congreso local, ya se puede confirmar que pecó de ingenuo.
La unidad entre los morenistas de Tamaulipas parece misión imposible, a juzgar por la actitud de sus legisladores que están claramente divididos en dos bandos: por un lado los que le responden a la diputada Edna Rivera, y por el otro los que se alinean con Carmen Lilia Canturosas.
Detrás esta fractura, desde luego, se asoma la guerra sin cuartel que libran a nivel nacional dos personajes que buscan hacerse del control del partido, Yeidckol Polevsnky y Ricardo Monreal.
Para muestra un botón. Ayer se realizó en un salón del Congreso una reunión de lo que pretende ser la Asociación Nacional de Legisladores de la 4T, convocada por el diputado federal Erasmo González Robledo. Al encuentro sólo llegaron siete de los diez morenistas que integran la bancada. Faltaron Carmen Lilia, Rigoberto Ramos y Leticia Sánchez Guillermo, quienes seguramente tenían cosas más importantes que hacer.
Comentario aparte merece la triste convocatoria de Erasmito, que juega sin éxito a ser factor de unidad entre los suyos.
Hablando de miserias, ayer el nuevo dirigente del PRI, Edgar Melhem, reconoció las dificultades económicas que sufre su partido. Tanto, que además de pasar la charola entre sus ingratos militantes, recurrirán al remate de su parque vehicular.
Parece tarde, pero a la casta tricolor al fin le está cayendo el veinte de que la situación no está para lujos y están dispuestos a vender las Suburban para adquirir en su lugar unos muy rendidores Aveos.
Por otro lado, la que sería la cuarta visita de López Obrador a Tamaulipas en su papel de presidente se pospuso tentativamente para el mes de marzo; en plena efervescencia por la rifa del avión, AMLO iba a estar el sábado en la capital del estado. Para otra ocasión quedarán guardados los chascarrillos.