“Cada vez es más común que las mujeres le entren al Boxeo, Karate, Kick boxing, Muay Thai y Tai Chi porque dicen, mejora la resistencia, fuerza, flexibilidad y agilidad, que nos prepara para estar alerta ante cualquier intento de violencia en contra”
Primero en metrópolis como CDMX, Monterrey o Guadalajara, ahora en ciudades de baja población, hay publicidad en gimnasios o centros deportivos donde invitan a las mujeres a prepararse físicamente en defensa personal, técnicas de occidente y oriente para hacerse fuertes y vencer la corpulencia masculina ante cualquier ataque de violencia, intento de secuestro, abuso físico, violación o robo común.
Cada vez es más común que las mujeres le entren al Boxeo, Karate, Kick boxing, Muay Thai y Tai Chi porque dicen, mejora la resistencia, fuerza, flexibilidad y agilidad, que nos prepara para estar alerta ante cualquier intento de violencia en contra. Ante las convulsas sociedades que doy vivimos, quizás sí sean tiempos de prepararnos para el combate, en defensa personal.
Sin embargo, estas técnicas de moda, que desde luego también sirven para cuidar la salud y están dirigidas a fortalecer el físico y la mente de las combatientes, ayudan poco en el real empoderamiento femenino, desde el punto de vista de la defensa de sus derechos humanos.
Lo bueno de la oferta deportiva que crece para las mujeres, es que cada vez se abren más campos y disciplinas a la participación femenina, antes, algunos de estos deportes estaban diseñados solo para los hombres. En este esfuerzo vamos bien por lograr que los movimientos femeninos como los del futbol, visibilicen la situación de las mujeres en la cancha.
Es como quiera muy lamentable que lleguemos al punto de ponernos los guantes para estar preparadas y responder ante las violencias físicas machistas, como sea los otros golpes, los que más duelen, son los que no dejan huella física, sino psicológica y para esos aún hay pocos gimnasios.
En vez de derribar conductas misóginas y machistas que llevan al varón a agredir a una mujer, estamos siendo preparadas para defendernos; en vez de armonizar la sociedad para el respeto de los derechos humanos por igual, tenemos que aprender técnicas para ponernos al tú por tú con los agresores; en vez de avanzar por espacios libres de violencia física, debemos estar en alerta constante, cuidar por donde andamos y estar listas para devolver el golpe.
En acciones del desarrollo humano integral los movimientos sociales actuales nos llaman a fomentar una educación más humanista, con más información sobre nuestros derechos y el respeto hacia nuestros semejantes, y no se trata de poner la otra mejilla por cada golpe, pero si de estar reflexionando sobre cómo generar más espacios de paz y no de agresión, claro que estas técnicas, algunas milenarias, siempre serán necesarias para mantener el equilibrio del cuerpo y la mente.