MÉXICO. Los cargos no reconocido en las tarjetas de crédito, especialmente en las transacciones que se hacen sin tarjeta física, ya sea por compras telefónica o por internet, son la principal causa de reclamos ante la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Mientras que el fraude por clonación de tarjeta de crédito aumentó 38% en 2019 respecto al año anterior, lo que significó que los fraudes cibernéticos generaron pérdidas de más de 8 mil 500 millones de pesos. Y pese a que prácticamente el 90% de este tipo de delitos se resuelven a favor del usuario, la aclaración toma hasta 6 semanas o más para para solucionarse.
Lo más peligroso del fraude o del robo de identidad con las tarjetas, es no darse cuenta inmediatamente, sino que un día de repente notas irregularidades en tus estados de cuenta, cargos que no conoces, o peor: te niegan un crédito por ya tener uno abierto que tú no solicitaste, o bien descubres meses después que estás boletinado como cliente moroso en el Buró de Crédito, e incluso que alguien más cobró a tu nombre un seguro o pensión pendiente”, señala Luis Madrigal, director de la plataforma de servicios financieros, Coru.com.
En el delito de robo o suplantación de identidad, un tercero toma sin autorización los datos personales del titular de la cuenta, para realizar compras, contratar créditos, documentos o cualquier otro beneficio financiero en nombre del afectado.
A fin de orientar a los tarjetahabientes sobre métodos para evitar el riesgo del robo de identidad, se recopilan las siguientes recomendaciones:
Controlar la red
Al momento de hacer transacciones en línea y pagar con tarjeta de crédito o débito, lo mejor es no utilizar equipos públicos como cibercafés ni redes inalámbricas desprotegidas (wifi abierta). Si se va a comprar por internet, hay que usar páginas que cuenten con certificados de seguridad y que en la barra de búsqueda tengan el icono de un candado antes de la dirección del sitio.
Cambiar contraseñas
Como un hábito saludable, al menos tres veces al año, cambia contraseñas de todos tus dispositivos y cuentas, incluyendo el email, las claves de tu banca en línea, los patrones de desbloqueo del celular o la computadora, e inclusive la contraseña de la red doméstica que utilizas para acceder a internet en casa.
Blindar información financiera en el teléfono celular
Esto incluye instalar solo aplicaciones oficiales de Play Store, de Google; o App Store, de Apple. Otras app como los juegos que se instalan fuera de las tiendas oficiales logran acceso a tu información y lo mismo pueden mostrar publicidad o extraer datos, entre ellos, tu información bancaria.
En los dispositivos móviles también se recomienda instalar algún tipo de antivirus, especialmente si el teléfono guarda información vulnerable en términos financieros: números de cuenta, estados financieros y registro de contraseñas. Empresas de seguridad informática como Norton o Kaspersky tienen versiones para smartphone.
Por último, evitar tener el bluetooth activo, ya que da acceso al dispositivo. Si se usa una red pública hay que evitar abrir las app bancarias o e-wallets.
Activar datos biométricos de verificación
Por disposición oficial, a partir de marzo del 2020 todos los bancos estarán obligados a implementar elementos biométricos, comenzando por la toma de huella dactilar, en la autenticación de los clientes que aperturen cuentas y créditos. También es recomendable activar la restricción con biométricos del acceso a sistema operativo del smartphone, como el reconocimiento de huella digital o facial.
Blindaje de plásticos
Hay algunos bancos que venden seguros o blindaje extra contra fraude para tarjetas de crédito con costo adicional; generalmente lo que incluyen es un plazo más amplio de protección; es decir, amparan por un lapso mayor a las 48 horas que marca la Ley después de que se detectan los cargos fraudulentos. Un ejemplo es la cobertura Dinero+Seguro para clientes con cuentas de débito y/o cuentas de cheques de Scotiabank.
Otra modalidad más, sin costo adicional para el cliente, es la tarjeta sin números ni datos visibles que proporciona Banco Santander, misma que se usa en combinación con un código QR, el e-wallet y una tarjeta digital dinámica para hacer compras en línea, y cuenta con chip y NIP para pagar en establecimientos físicos, sin dejar a la vista ningún dato escrito en el plástico.