CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.-Esta es una colonia terregosa y polvorienta, con calles donde es mas fácil contar los pedazos de pavimento ‘buenos’ que enumerar los baches. Al estar tan alejada del centro de la capital, se puede aun disfrutar de esa tranquilidad mañanera que anuncian los gallos y los ladridos de perros: se respira pues un ambiente campirano que si no es por el ronco sonido de los micros con su ruta rotuladas en su carrocería, no se adivinaría que se esta en Ciudad Victoria.
Cuando el sol sale el vaivén de vehículos y personas se vuelve intenso, incluyendo pequeños sitios en los que la actividad es energizante.
Hay en esta colonia un pequeño ‘campito’ de futbol a un lado de un salón de usos múltiples que hasta hace pocos años solo servía para que parejitas se pusieran a ‘pichonear’ por las tardes y para que uno que otro malandro se instalara a quemar mota en un rincón, además de servir de estacionamiento cuando algún avecindado celebrara una pachanga.
Sin porterías y enmontado lucía este espacio ‘deportivo’ que mas bien parecía una serie de lotes baldíos juntos. Únicamente se veía por las mañanas a las bailadoras de zumba esforzarse por bajar de peso en el solitario salón.
Pero eso cambió hace un par de años.
Dos mujeres visionarias decidieron ponerle corazón y músculos a este lugar. Iniciaron una escuela de futbol con apenas una tercia de chiquillos. Al principio a los niños se les veía brincar y patear un único balón con pequeñas porterías hechas de tubo de PVC y sin redes. La semilla estaba sembrada.
Martin acaba de entrar a la adolescencia. Su mirada aun denota inocencia e ingenuidad, pero también tristeza: su vida familiar se ha complicado a raíz de la violencia intrafamiliar. En su casa todo es gritos y hasta golpes, un hecho que todos sus vecinos conocen pues las regañadas y los cinturonazos se escuchan perfectamente a muchos metros de distancia.
La escuela significa un salvavidas para él pues su mente se aligera con la enseñanza, sin embargo, a Martín no le gustan los fines de semana y muy apenas sobrevive a las vacaciones, pues estar en lo que debería ser un hogar se ha convertido en un infierno. Desde muy temprano recibe insultos y denostaciones por parte de sus propios padres: de ‘pendejo’ no lo bajan.
Pero un día apareció la esperanza para él, en forma de un balón de futbol.
Martín y la recién creada escuela de futbol de sus vecinas se encontraron. Por las tardes el adolescente sale con su balón a entrenar soccer. Se le ve corriendo y sudando, dando brincos y alzando la mano para recibir un pase de pelota.
Tarde a tarde se fue incrementando el número de chamacos entrenando entre exclamaciones agitadas y pitidos marcando el inicio y fin de una rutina. Luego empezaron los ‘cuadrangulares’ y después los torneos con colonias cercanas que aceptaron el reto.
El campito fue adquiriendo vida: algunos olmos se sembraron a la orilla para proporcionar la sombra tan deseada y acompañar aun par de framboyanes y neems que ya estaban ahí. Nuevas porterías aparecieron y en un afán de extender las jornadas ‘pamboleras’ se instalaron luces y reflectores conectados al domicilio de las entrenadoras frente al parque (aún esperan que el ayuntamiento responda a la solicitud que hicieron hace semanas de electrificar el lugar).
Tiempo después no solo se pudo observar a niños jugando soccer: equipos de adultos se integraron a la actividad futbolera los fines de semana y mas recientemente, la mamás de los niños empezaron a entrenar y ya se habla de realizar torneos en la rama femenil. Y todo a partir de un par de niños que cambiaron la tablet o el celular por un balón.
Como siempre suele suceder hubo vecinos que se molestaron por ‘el ruido’ de los balonazos que de vez en cuando rebotan en algún portón (una de las inconformes dijo ser trabajadora del municipio).
A pesar de eso el campito de la colonia 12 de Septiembre se llenó de bullicio donde cientos de personas se reúnen a disfrutar de la convivencia familiar. Martín ahora tiene una sana actividad extraescolar y ya se le ve sonreír con mas frecuencia. Ojalá que este fenómeno se replique en muchas colonias mas. Demasiada pata de perro por esta semana.