Las turbulencias al interior de Morena no cesan, por el contrario, los pleitos filiales y los yerros políticos zarandearon otra vez a la sucursal tamaulipeca del Movimiento de Regeneración Nacional.
En medio de tanto desorden, dos personajes que presumen de liderazgo en el estado, salieron seriamente golpeados durante esta semana.
El primero es Américo Villarreal Anaya, el tamaulipeco más afectado por la disputa que acaba de perder Yeidckol Polevsnky, quien oficialmente dejó de ser la presidenta nacional de Morena. Hasta hace poco, el senador insistía en mostrar su apoyo a la polémica dirigente.
Pero como pudo verse con la designación del Tribunal Electoral, al final perdió la apuesta. La ratificación de Alfonso Ramírez Cuellar como presidente temporal es un triunfo para Bertha Luján y sus simpatizantes en Tamaulipas, encabezados por el alcalde de Madero, Adrián Oseguera.
Para muestra, la euforia de la dirigencia estatal que ayer compareció ante la prensa para felicitarse y terminar de enterrar la escasa influencia que podía sostener Yeidckol en estas tierras.
El otro gran que tuvo una semana negra fue el alcalde de Matamoros, Mario López, cuya destino ya está en manos del Congreso del Estado, con presencia morenista pero una clara mayoría panista.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ratificó que el presidente municipal violó la ley al desviar recursos públicos para la campaña del año pasado, en que se renovó el Legislativo.
El edil mostró toda su inexperiencia en la administración pública y la arena política, y se le hizo fácil, utilizar un evento oficial del municipio para llamar a la población a votar por Morena. Nunca mejor aplicado el concepto error de principiante.
El problema es que su yerro no es un asunto menor dado que el mismo presidente ha machacado con la cantaleta de que los delitos electorales se deben combatir con toda severidad. ¿Qué será de “La Borre”? Los diputados tendrán la última palabra.