CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- ¿Quién no ha escuchado hablar del Taller de Artes Plásticas de Olivia Malibrán y Salvador Castillo?
Hablar de Olivia Malibrán, es profundizar en una trayectoria de más de 42 años de crear y difundir las artes plásticas; el 20 Allende, es el lugar perfecto para la charla con la pintora originaria de Santa Elena; Villa de Casas, pero victorense de corazón… “Desde chica me trajeron para Victoria, a los 3 años”.
Entrar a la casa morada de la esquina, es adentrarse a un mundo lleno de color, de luz, de pinceles, de lienzos, acuarelas, colores y oleos, tonalidades diversas que son el marco de la trayectoria de la artista.
Mientras espera a sus alumnos, la plática se desarrolla; la primera pregunta obvia; tiene que ver con el origen de su interés por la pintura, la paleta y el color.
Recuerda sus inicios en la pintura a los 18 años de edad, “vine a clases a este taller, a escultura y aquí me quede”, de eso ya han pasado más de 42 años.
Sus exposiciones individuales posiblemente son pocas; pero las colectivas en muchas ciudades del país, por esa presencia en exposiciones sus pinturas; acepta, “poco a poco se van lejos, unas van a Europa, a Estados Unidos, a Perú, poco a poco. Es un trabajo de años, a veces se queda uno con cuadros guardados y luego salen”.
Pero que es lo que gusta y disfruta pintar, “A mí me gusta mucho pintar flores, tengo muchas flores, me voy con mi cuaderno a los jardines a tomar apuntes, ahora me ayudo mucho con fotos para ver colores, pero por lo regular voy a donde están las plantas y las dibujo, como un fotógrafo iría a sacar una foto”.
Aunque también tiene muchas pinturas de muñecas mexicanas, vestidos, frutas y animales, como; gallos, colibríes y otros, reconoce que también le encanta pintar cosas abstractas… no solo la realidad.
Olivia, Ha realizado diversos cursos de pintura y escultura con grandes maestros, primero con Salvador Castillo en el Taller de Fundición y Bronce, luego con Mario Fuentes de dibujo, en Morelia con Alfredo Salce; incluso tiene estudios en el extranjero, ya que realizó talleres en el Instituto de Bellas Artes de Boston, Estados Unidos.
“No he parado de seguir aprendiendo, leyendo, mucho de arte, de escultura, para hacer frente a mis clases con los niños”, inician con lo básico, soltando la mano, para luego seguir con el gis pastel, las acuarelas y el óleo.
Conocen la obra de los principales artistas mexicanos; Diego Rivera, Siqueiros, Tamayo y Kahlo, pero también a los más reconocidos en el mundo, aunque no le agrada que los alumnos hagan réplicas de estos artistas, “si los estudian”.
De su taller con más de 40 años de vida, ha tenido muchas satisfacciones; desde formar artistas, llevar a victorenses las exposiciones de pintura, “siempre estamos llenos de actividades en el taller, para inculcar en los niños las tradiciones, los grandes pintores y músicos de México y el mundo”.
Son muchos alumnos que a diario tienen atención, “lo más padre es que muchos se han dedicado al arte, a veces me vienen a visitar muchachos que son pintores, arquitectos, diseñadores, que estudian dentro y fuera del país”.
La música la difunde por el amor que su hija Zaira le tiene a esta bella arte, lo mismo que su nieto mateo, por eso los alumnos del taller realizan sus actividades con música de fondo clásica, escuchan a los mejores artistas, la música los relaja, pero además; los inspira.
Su mayor satisfacción es haber formado a su hija en el conocimiento del arte, ahora es una pintora, escultora y música, maestra de piano; su nieto Mateo va por el camino ; “Vienen muchos muchachos al taller después de 40 años a visitarnos, porque no hallan un lugar dónde pueda hablar de arte”.
Ser promotores de la pintura y otras bellas artes no es fácil, pero en el taller de Salvador y Olivia se esfuerzan por lleva lo mejor de sí a los ciudadanos de Victoria.
Vivir del arte, no es fácil, no es posible; por eso mantiene las clases de pintura, aunque hay victorenses y tamaulipecos que saben disfrutar del arte en la pintura, que prefieren un cuadro de un artista, a una copia simple en un marco bonito, reconoce que no deja el taller, porque es de lo que vive.
“Yo no pudo dejar de trabajar porque esto es lo que a mí me gusta hacer”, sus pinturas las disfruta, pero si alguien además se las quiere comprar, pues que mejor.
La entrevista se realiza entre instrucciones sobre como iniciar una pintura en gis pastel de dos pequeñas que tienen de modelo un grupo de naranjas, de un óleo sol y luna que necesita estrellas y de muestra de sus pinturas más recientes.
Así viendo colores, plasmándolos en papel y tela; además con la satisfacción de seguir creando con artistas, Olivia Malibrán se dice contenta, porque fomentar el arte, ofreciendo becas a los alumnos que así lo requieren, es para ella uno de los mayores aciertos en su vida