Transcurre la semana más crítica de la pandemia, según los cálculos científicos ahora mismo están subiendo los contagios del Covid-19 para alcanzar el pico más alto del conteo, luego se aplanará la curva. Son días de mucha incertidumbre en el gobierno y en la sociedad, y momentos muy aciagos para el Dr. Hugo López Gatell, que en medio de la fase 3, empieza a desgastarse y baja el nivel de conexión con la audiencia.
El presidente lo ha exculpado en la mañanera, le ha dicho “no estás solo, no estás sólo” un estribillo que el galeno agradeció con emoción y la mano al pecho, sin embargo su fina estampa ha sido abollada porque ya gasto el discurso “centinela”, su exposición mediática ha sido exagerada y le falta conocimiento sobre la economía del lenguaje.
Las redundantes conferencias vespertinas, dejan de ser atractivas cuando no lleva invitados o cuando los participantes eluden las respuestas, como ocurrió con Claudia Sheinbaum y Zoé Robledo que el sábado participaron con sus informes, de la contingencia en la CDMX y el IMSS, respectivamente, sin dar margen a las preguntas incómodas y dejando en el aire el tema de los ventiladores.
El presidente acusa a la prensa de golpes bajos propinados a Gatell, “de poner en entredicho” la capacidad del erudito para combatir la infección y culpa directamente al Reforma y a “Mexicanos a favor de la corrupción” (Mexicanos contra la corrupción) de orquestar una estrategia para debilitar su gobierno. No da la réplica a que tiene derecho por los reportajes que le causan jaqueca, sólo se queja porque antes, dice él, no se exhibía a sus antecesores, esos fantasmas del pasado que no logra dominar en su mente.
Lo políticamente incorrecto, es que en estos días de miedo, desoye las recomendaciones que este 3 de mayo, en del Día Mundial de la Libertad de Prensa, emitió la ONU para que líderes políticos dejan de fomentar un terreno hostil para los periodistas, con dedicatoria especial se apunta que México y Estados Unidos destacan en esta materia, pues los mandatarios de ambos países ven como enemigos a los comunicadores. Reniegan de los “moditos” de quien no comulgue con sus ideologías y a la menor provocación arremeten contra los mensajeros.
Ahora es cuando urgen mensajes de buena voluntad, alentadores, solidarios y realistas, no podemos entretenernos en pleitos arcaicos y estériles, la infodemia hace mucho daño a la sociedad que requiere de información verídica y sustentada en investigación periodística, sí a cada rato el presidente busca desacreditar a los medios, entonces ¿Cómo comunicará con las audiencias?
Una mañanera no basta, ni la tardeada, ni las cinco horas de transmisión nacional desde medios públicos de comunicación oficial, sacian la sed de información si no hay contraste, crítica y debate social.
En lo que sí tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador, es que la crisis sanitaria evidencia el cobre de todos, y lo que no lo descubre el virus, lo descubrirá el tiempo.