Patético ayer el Presidente Andrés Manuel López Obrador, que la soledad de su Palacio Nacional intentó lavarse las manos con el minuto de silencio en memoria de los más de 52 mil muertos por el Covid-19 en México.
Así es mis queridos boes, seguramente en algún rincón de su conciencia ha de reconocer que buena parte de las defunciones que la epidemia ha dejado en México son consecuencia de las decisiones que él y Hugo López Gatell tomaron, tal vez tenga claro que su necedad al negarse a usar el cubrebocas sirvió de mal ejemplo a muchos de los que hoy son cenizas y motivo de dolor de madres, esposas y huérfanos.
Tendrían que retumbar en su cabeza aquellos días en los que contrario a las recomendaciones de la OMS y el propio Gatell de no salir y mantener la distancia él invitaba a ir a comer a fondas y restaurantes y a darse besos y abrazos.
Insisto, tiene que reconocer que en su hoja de vida será inscrita la muerte de miles de mexicanos que votaron por él con la esperanza de un mejor futuro, de un México distinto y que antes de que el gobierno de la Cuarta Transformación cumpliera dos años los convirtió en estadística mortal.
“Es domingo, van a ser las 12, pero tengo que bajar al patio central para rendir homenaje a quienes han perdido la vida por la pandemia. Mandar un abrazo caluroso, fraterno a sus familiares y alentar a los médicos y enfermeras”, dijo
“Es triste todo lo que ha sucedido, han perdido la vida más de 50 mil personas, nos duele mucho y lo digo de manera sincera, pero hemos actuado con responsabilidad, con profesionalismo. No se ha quedado nadie sin atención médica, no se han rebasado las capacidades hospitalarias, porque hemos venido trabajando desde que inició la pandemia, hemos venido trabajando para que todos sean atendidos y lo vamos a seguir haciendo”.
Pero AMLO sabe, pero se hace, que si ese minuto que dedicó ayer a los muertos lo hubiera invertido al inicio de la pandemia para escuchar a verdaderos expertos, tal vez no hubiera tenido que salir ayer a decir que lamenta tanto muerto.
Porque en México por disposiciones presidenciales nunca se cerraron las fronteras, nunca dejaron de operar los aeropuertos y también por decisión de su terquedad nuestro país es de los últimos
en la realización de pruebas para detectar el coronavirus.
¿Entonces lo de ayer sería hipocresía?, ¿de verdad siente a los muertos que muchos son culpa de sus decisiones?, ¿o será que el cargo de conciencia ya le comienza a pesar?.
Sea cual fuere la razón por la que dedicó el minuto de silencio, lo que también deja de manifiesto AMLO es que se trata de un presidente enfermo de protagonismo, adicto a la cámara y a la auto adulación.
Terrible por ejemplo que ayer desde Palacio Nacional haya presumido una inversión de 35 mil millones de pesos para atender la pandemia, cuando el sistema de salud está prácticamente rebasado, al grado de que en todas las entidades del país, se siguen reconvirtiendo áreas de los hospitales para dedicarlas al Covid.
Terrible, que presuma que hay dinero suficiente, que porque ha ahorrado, pero de lado a lado del país los médicos y enfermeras se quejan de que no tienen los insumos y el equipo de protección suficiente para cumplir seguros con su trabajo.
De hecho los muertos entre personal de salud en México superan en promedio 300 por ciento a la mayoría de los países del mundo según la OMS.
AMLO tendría que pedirle perdón al personal de salud, que ha dejado su vida en las salas de emergencia, mientras él invierte millones en instalaciones para béisbol y otras necedades.
Y si de minutos de silencio se tratará, entonces López Obrador tendría que dedicarle uno a los cientos de miles de pequeños comercios que ya quebraron porque decidió no implementar medidas que evitaran su cierre.
Un minuto de silencio por los casi dos millones de empleos que mató el nulo apoyo presencial a las empresas que les daban trabajo a quienes hoy sufren para poder dar de comer a sus familias.
Un minuto de silencio para el Producto Interno Bruto, que en el segundo trimestre cayó 53 por ciento en términos anualizados.
Un minuto de silencio por los miles de mexicanos que murieron por la inseguridad que AMLO prometió acabaría apenas llegado él al gobierno.
EL MENSAJE A LOS MALOS…
El viernes el Gobernador Francisco García Cabeza De Vaca puso en funcionamiento el Grupo de Operaciones Especiales de la Secretaría de Seguridad Pública, cuyo objetivo es el combate al crimen organizado.
El grupo fue dotado para cumplir con sus tareas con 3 helicópteros Robinson 66 Police con cámaras térmicas, drones para misiones de reconocimiento y seguimiento, binomios caninos, 25 vehículos blindados y equipamiento especializado.
“En #Tamaulipas, violar la ley y atentar contra la paz de nuestro estado y nuestra gente, siempre tendrá una respuesta inmediata y enérgica del Estado. La puesta en marcha del Grupo de Operaciones Especiales de Seguridad Pública fortalece este objetivo del @ gobtam”, público Cabeza de Vaca en su cuenta de Twiter.