Estamos a nada de arrancar el proceso electoral 2020-2021 en Tamaulipas, un proceso que renovará al menos en lo local, 36 diputaciones y 43 ayuntamientos, se avizora diferente, ahora estamos ante un panorama complejo, agobiado por la pandemia y sus efectos.
Este contexto de pandemia, sin lugar a dudas que provocará un replanteamiento en la forma de realizar las campañas comiciales, la digitalización de contenidos será el pan de cada día para los actores electorales, de modo que, sus estrategias en imágenes y diseños, así como las formas breves y dinámicas en el proceso de comunicación, representan la revolución tecnológica e informática que nos dejará el próximo proceso.
Este tipo de espacios digitales postrados en las redes sociales, constituyen por si solos un gran reto para las autoridades de la materia, analizar dichos contenidos no será una tarea fácil, sobre todo porque en algunas publicaciones pueden coincidir prerrogativas como la libertad de expresión, la privacidad, el derecho al trabajo, entre otros.
Sin embargo, las instituciones deben arribar a criterios justos que protejan los principios rectores de la materia electoral, fundamentalmente el de equidad en la contienda, o bien, que se inhiban las conductas que desequilibren la balanza de la competencia que se vive.
Y no solo se trata de un cambio en las estrategias de comunicación de las campañas electorales, también se advierte que, para el caso de Tamaulipas, tanto la autoridad administrativa como la jurisdiccional, seguramente forjarán criterios novedosos e interesantes, ello, porque nuestra ley desde el pasado mes de junio ya contempla de forma expresa la violencia política de género.
Los criterios relacionados con esa figura jurídica se antojan de manera general en dos rumbos; por un lado, para castigar a quienes cometan violencia política de género; y por otro, para reparar el daño causado a la víctima de violencia.
En ese sentido, sería un gran error menospreciar esos dos temas, pues tanto la digitalización de las campañas como la violencia política de género, pueden ser factor para el éxito o derrota de quienes participen en el proceso electoral que se avecina, ojalá no lo echen al saco roto.
P.D. Los cambios que se aproximan no son solo a partir de la digitalización de las campañas electorales y la interpretación de la violencia política de género, recordemos también que estamos a menos de tres meses de que finalice el encargo de dos magistraturas dentro del Pleno del Tribunal Electoral de Tamaulipas, ¿Qué pasará? No soy pitoniso, ya lo veremos todos.
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Por Alfonso Torres Carrillo