Esta semana se llevará a cabo la convención nacional del partido demócrata en los Estados Unidos en la que se formalizará la candidatura presidencial de Joe Biden y de Kamala Harris como vicepresidenta. El perfil de Biden, vicepresidente durante los ocho años de gobierno de Barack Obama y puntero de las elecciones primarias de este año, es mucho más conocido que el de Harris, por lo que dedicaré este espacio a su candidatura.
La candidatura de Kamala Harris es notable por varias razones. Harris es apenas la tercera mujer que ha sido postulada como vicepresidenta por alguno de los principales partidos en Estados Unidos. Le precedieron la demócrata Geraldine Ferraro en 1984, quien perdió junto con Mondale, y la republicana Sarah Palin en 2008, quien perdió junto con John McCain. Como sabemos, aunque Jill Stein, del Partido Verde, ha sido dos veces candidata presidencial, Hillary Clinton ha sido la única candidata que ha conseguido votos en el colegio electoral por la presidencia.
Además de lo anterior, la hoja de vida de Kamala Harris refleja la creciente diversidad de la sociedad estadunidense. Harris es la primera candidata a vicepresidenta de origen afroamericano y asiático. Su madre, endocrinóloga, nació en la India y su padre, economista, en Jamaica. Ambos migraron a los Estados Unidos para realizar estudios de doctorado en California. Kamala Harris es una experimentada abogada de cincuenta y cinco años: antes de llegar al Senado hace cuatro años, compitió para ser elegida fiscal de San Francisco en 2003 y del estado de California en 2010. Antes de ser nominada, Harris compitió con Elizabeth Warren y Amy Klobuchar por la candidatura presidencial del partido demócrata, misma en la que demostró notables habilidades para el debate.
Dado que Joe Biden es un experimentado político de setenta y siete años, con treinta y seis años en el Senado y ocho en la Casa Blanca, la selección de Kamala Harris como compañera de contienda parece la elección adecuada frente a un electorado más joven y diverso del que él mismo conoció en 2008. Frente al racismo, misoginia y xenofobia del presidente Trump, la candidatura de Harris es más que bienvenida por muchos votantes.
Los expertos electorales de Estados Unidos suelen decir que una candidatura vicepresidencial no es determinante para ganar la presidencia. Sin embargo, se trata de una decisión estratégica que busca complementar las fortalezas o debilidades de los candidatos presidenciales.
Al menos desde el año 2000, los candidatos presidenciales del partido demócrata han elegido candidatos vice- presidenciales relativamente más moderados que ellos: Al Gore eligió a Joe Lieberman, John Kerry a John Edwards, Barack Obama al mismo Joe Biden en 2008, y Hillary Clinton eligió a Tim Kaine en 2016. Sin embargo, Kamala Harris rompe este patrón, mientras que Joe Biden ha sido criticado por muchos simpatizantes del partido demócrata por ser demasiado moderado, Harris ha sido una de las senadoras más liberales de Estados Unidos en los últimos años. Como senadora, Harris se ha manifestado a favor de sendas reformas al sistema de salud, la legalización de la mariguana, reforma migratoria, la prohibición de armas de fuego, y reforma fiscal más progresiva.
La nominación de Kamala Harris también refleja, en gran medida, tanto los cambios demográficos de los Estados Unidos como la coyuntura actual de un país donde la mayoría de la población más joven ya no es blanca. Por un lado, la crisis pandémica ha vuelto a poner de relieve la importancia de la redistribución del ingreso, la protección de los empleos y la provisión de servicios públicos universales. Por otro lado, los abusos de la policía y la retórica incendiaria del presidente Trump han vuelto a traer a la palestra los problemas de discriminación racial a lo largo de los Estados Unidos.
Ciertamente, Joe Biden no es el candidato presidencial más carismático de los últimos años. Sin embargo, tampoco es un radical al que Trump podría caricaturizar fácilmente como Bernie Sanders. Frente a la moderación o el pragmatismo de Biden, Kamala Harris tendrá cierto margen de maniobra para impulsar propuestas relativamente más progresistas. Frente a la improvisada presidencia de Donald Trump, la combinación de la fórmula de Joe Biden y Kamala Harris puede ser la combinación necesaria y suficiente para impedir la reelección de Trump.
POR JAVIER APARICIO