CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- En la cúspide de la fama, como los relámpagos el Norte, a Cornelio Reyna se le mete el gusanito de grabar con mariachi, aun así graban “El álbum del 70”, el cual sería el último y en el que se desprendieron temas como “Me caíste del cielo”, “Carta jugada”, “Idos de la mente” y “Eso si nunca podrás”.
A principios de 1971 Los Relámpagos llegan a su fin oficialmente (en los siguientes años, de vez en cuando se juntarían a tocar).
Cornelio graba con el mariachi Oro y Plata “Me caí de la nube” lo cual fue un gran éxito que le abre las puertas del cine nacional y lo lleva a alturas insospechadas. Todos pensaban que era el fin de la carrera de Ramón Ayala, pues la primera voz era Cornelio, además de ser el compositor de casi todos los éxitos del grupo, mientras que su compañero sólo ejecutaba el acordeón.
Finalmente no fue así y en mayo del 1971, Ramón y Servando Cano llaman a Antonio “Tony” Sauceda, joven originario de General Terán, Nuevo León, para que formara parte de la nueva agrupación que planeaban lanzar: Los Bravos del Norte de Ramón Ayala.
Seguirían en el grupo Raúl Pérez y José Martínez «El Barragas» en la batería y bajo eléctrico respectivamente.
¿Quién fue Tony Sauceda?
Tony Sauceda nació el 17de enero de 1946 y desde muy temprana edad sintió afecto por la música.
A los 12años aprendió a tocar el primer instrúmento en una Iglesia, pues fue criado en un hogar protestante.
En 1963 junto a su hermano Pepe Sauceda (bajo eléctrico), y Lorenzo Reyes (acordeón), formaron el “Dueto Reynosa” con el cual se dieron a conocer por ocho años, y así grabaron temas como “Mujer traicionera”, “Los Rinches de Texas” y “Que mal me pagaste”, que después grabaría con Los Bravos.
Iniciaron con dos disqueras
Continuaron grabando para el sello fonográfico Marsol, dónde lanzaron sus primeras grabaciones de forma regular (cada tres meses) y con cierto éxito.
Posteriormente firmaron contrato con la disquera regiomontana DLV y fueron catapultados a nivel nacional con mucho éxito gracias al tema «Ni por mil puñados de oro».
La cosecha de éxitos realiza de forma espaciada pero constante. Para muchos fanáticos de la música de Ramón Ayala, Tony Sauceda ha sido la mejor voz del grupo en toda su historia.
Temas como “Te traigo estas flores”, “El ujule”, “La Nueva Zenaida”, “Por una mujer casada”, “Agonía”, “Chito Cano”, “Batling Torres”, “La pura maña”, “Lindo Tampico”,
“El espejo”, “Estrella blanca” y muchos más, fueron las Primeras grabaciones del grupo.
Inician las famosas giras
Antonio Sauceda tenía un estilo muy parecido al de Cornelio Reyna, y además era muy buen ejecutante del bajo sexto.
Muchos admiradores señalan que Ramón Ayala usaba adornos muy bonitos en el acordeón que ya no usaría después con los posteriores cantantes.
Todo parecía ir muy bien, Juan H. Barrón, conocido en el medio como “El zuelas” se había incorporado al grupo en lugar del baterista Raúl Pérez.
Estando en una gira muy famosa y popular por
Estados Unidos, asistieron a un culto evangélico donde predicaba su amigo Paulino Bernal, que se había convertido al evangelio tras una vida llena de vicios y excesos.
Ese testimonio de Bernal marcó a Tony Sauceda, pues su madre siempre le pedía que se alejara del medio artístico y que se convirtiera también al evangelio de Cristo.
Esa noche tocarían en Bakerseld, California, con un éxito rotundo el baile, pues coreaban y aplaudían todos sus éxitos.
Al finalizar el evento Tony Sauceda meditó todo y le pidió a Dios la oportunidad de terminar todos los compromisos que tenían programados con Los Bravos del Norte
para no salir mal con su amigo Ramón Ayala.
Al regresar a México se tomaron un descanso para después retomar sus actividades en la república, pues eran constantemente invitados a programas de televisión.
Tony deja el grupo y a buscar cantante
Un día de diciembre de 1973, Tony dejaría la agrupación para formar un conjunto nuevo, estarían en él, todos sus ex compañeros del Dueto Reynosa, naciendo así Los
Misioneros de Tony Sauceda, considerados pioneros del género norteño-cristiano.
Por esos días les surge una nueva gira por Estados Unidos y al ya no contar con Sauceda, Servando Cano, representante de Los Bravos, habló con Fidencio Ayala, hermano
de Ramón, para que le prestara al joven que cantaba en su grupo: Los Satélites de Reynosa, y así poder cumplir el compromiso.
Eliseo Robles le entra al quite
Eliseo Robles, no muy convencido y nervioso por ocupar ese lugar, aceptó apoyarlos por s 15 días que estarían en Texas, y se anunciaban a Ramón Ayala con su nuevo
cantante.
Al finalizar llegaron a Reynosa donde Cano le propone grabar un disco, Eliseo acepta con la promesa que si no funcionaba dicha grabación, él estaría libre de compromiso.
A Eliseo lo sacaron de una gira de Fidencio Ayala
Don Servando Cano, quien era ya en ese tiempo era un modesto representante de varias agrupaciones y visionario del fenómeno musical norteño, no se equivocó al elegir
a Eliseo Robles como la nueva voz de Los Bravos del Norte.
La primera presentación del nuevo cantante sería el 31 de diciembre de 1973, en una gira por Lobo y Amarillo, Texas.
Recordaría don Eliseo que cuando lo llamó Servando Cano para que formara parte del grupo de Ramón Ayala, él y Los Satélites de Fidencio, estaban en Phoenix, Arizona,
tocando de planta en un night-club.
Menciona que llegaron a ese lugar tras acompañar a Los Bravos del Norte a una gira, permaneciendo en dicha ciudad cerca de un año y medio.
Muy pocos saben que la primer agrupación profesional en la que tocó el padre del hoy cantante de La Leyenda, fueron Los Satélites de Reynosa, conjunto con el que
se hacía acompañar de Fidencio Ayala en el acordeón y segunda voz, Juan “Kilo” Robles en el bass –su hermano–y José Luis Ayala en la batería.
¿Quién era Eliseo Robles?
Originario de Valle Hermoso, Tamaulipas, Eliseo Robles Reyes nació un 27 de noviembre de 1953. Hijo de agricultores, a la edad de ocho años y con mucho sacrificio,
compró su primer guitarra; contaría que para ello, vendió su caballo consentido en 50 pesos. Estudios no tuvo, ya que como él mismo lo dice en tono de broma, pasó siete años en primero de primaria.
Lo suyo era la música, pues por el lado de su mamá tenía varios tíos que se dedicaban a ese ocio. Recordaría Fidencio
Ayala que cuando conoció a Eliseo, lo vio solito sentado en una banqueta, se sentó junto a él y le dijo:
–¿Oyes… que haces?
–Pues aquí nomas. –¡Soy sobrino de los Madrugadores del Valle!, le dijo Eliseo.
–¡Yo soy hermano de Ramón, el que anda con Los Relámpagos! Eso aconteció en el año de 1967 en las afueras de una vecindad ubicada entre las calles de Culiacán y
Guadalajara, de la Colonia Rodríguez de Reynosa, Tamaulipas.
Fidencio el otro acordeonista Ayala
Comenta Fidencio Ayala que esa vecindad era una cuartería de seis casitas y que en una vivían los Luceros del Valle y en otra Los Madrugadores del Valle.
Al vivir ahí también la familia de Ramón Ayala, Eliseo creció jugando con sus hermanos Fidencio y José Luis Ayala. Ambas familias tenían amistad de tiempo atrás,
pues don Ramón Covarrubias y sus hijos, trabajaron en la pizca en el rancho donde vivían los Robles.
A Fidencio su papá le había enseñado los primeros acordes en el acordeón a la edad de 8 años, y su hermano Ramón, que andaba ya con Cornelio Reyna, en sus tiempos
libres también lo hacía.
En 1965 formó con José Luis Quiroz, Arturo Quiroz y José Luis Ayala el conjunto “Los Delfines Azules”, tocando en serenatas
y convivios, donde muchas veces el pago era sólo pan con chocolate. Eliseo se había ido a Reynosa debido a un fuerte huracán que afectó su comunidad de origen.
A pesar de ser casi un niño, tenía que buscar el sustento, por lo que con un cajón de bolear y un bajo sexto, salía a buscar la vida en las muchas cantinas que había
por “el central”, lugar donde llegaban los autobuses de Mante, Valle Hermoso y Matamoros, y donde a los gringos les gustaba ir a tomar la copa y oír música mexicana.
Con Eliseo los Bravos del Norte se catapultaron
Las primeras grabaciones que realizó Eliseo Robles con Ramón Ayala y Los Bravos del Norte fueron a principios de 1974, y canciones como “Adiós Reynosa”, “Contrabando
y traición”, “El divorcio de Zenaida” y la primera versión de “Mujer paseada”, fueron hechas tratando de imitar la voz de Tony Sauceda, el anterior cantante y dicho sea de paso, primo de Eliseo.
Al paso de meses Eliseo fue tomando su propio estilo, ese con el que todos los fanáticos de la música norteña identifican a Los Bravos del Norte.
Llegó el disco “La Dinastía de la Muerte”, del que se desprendería “Chaparra de mi amor”, tema de Omar Garza que se convirtió en un exitazo, ganando un Disco de
Oro. En 1977 Ramón Ayala sería protagonista, junto a Mario Almada, Fernando Almada, Rodolfo de Anda, Jorge Russek, Patricia Aspillaga, Carmen Montejo y Juan Peláez, de la película de acción “La Dinastía de la Muerte”, basada en el corrido “Las Once Tumbas”, dedicado a los Hermanos del Fierro. En ese año entró José Luis Ayala a tocar la batería con Los Bravos.