Gracias a este espacio editorial, les he venido compartiendo las complicaciones que ya están presentando los aspirantes por alcanzar una candidatura dentro del proceso electoral que está a punto de iniciar en unos días más; además del panorama complejo que ya tienen los partidos políticos; por lo anterior, en mi experiencia como consultor en comunicación anticipo la problemática que habrá en las campañas, ahora sumo lo he venido diciendo en diversos foros: en las siguientes elecciones, no
habrá triunfos contundentes.
Sin entrar en detalle, en los últimos cinco años los partidos políticos –por lo menos en México y Estados Unidos- por un lado han llevado al máximo desgaste de sus estructuras, la presión generada por las cúpulas partidistas por conseguir triunfos contundentes aumentó el estrés de los operadores ahuyentando militantes; todo ello sin observar que también el electorado estaba empezando a modificar su comportamiento, mismo que tras la pandemia el humor social está elevando detonadores emocionales a niveles críticos.
México podrá observar este fenómeno en las elecciones de Hidalgo y Coahuila que se celebrarán en octubre, regiones donde quedan los últimos bastiones del Partido Revolucionario Institucional (PRI); aunque en otra realidad, en Estados Unidos tampoco habrá triunfos contundentes, un hecho que podremos confirmar en noviembre de este año, si bien el ojo del huracán de las elecciones se están centrando en Florida pues Donald Trump pudiera ser el primer presidente del Partido Republicano que pierda en los últimos 96 años, sin olvidar que en Texas se está debilitando el elefante republicano que pudiera dejar de ser bastión para las siguientes elecciones.
Hay tres componentes muy importantes por lo que no habrá triunfos contundentes en ninguna entidad federativa de México y Estados Unidos:
1.Participación electoral
Tras una alza importante en la participación de votantes en la elección inmediata anterior –como es el caso de México-, viene un descenso natural, más sí las expectativas del nuevo gobernante no satisfacen a la opinión pública generalizada.
2. Van por la misma base electoral
Todos los partidos políticos están diseñando la estrategia territorial para ir por la misma base electoral porque ya no les alcanza para más, tras el debilitamiento de sus estructuras y el desgaste que trae un nuevo orden de su propio establishment; pasando por inadvertido que quizás esa misma base ya está vulnerada por otra opción política.
3.Judicialización de los resultados
Desde el primer día de las campañas estará judicializadas con argumentos reales y con hechos sin sustento; así de “empapelados” llegarán los candidatos al día de la elección, por consiguiente toda la jornada estará plagada de recursos que utilizarán para impugnar los resultados electorales de sus oponentes.
Esta serie de advertencias de mis Apuntes de comunicación política fueron publicadas en agosto de 2020, mismas que se podrán comprobar en este mismo año en octubre para México y en noviembre para Estados Unidos. Con puros finales de fotografía al estilo de las carreras de caballos, en las elecciones de 2021 aseguro que no habrá triunfos contundentes.
¿Y tú, qué opinas? www.daviddorantes.com