Empezando y llegando tarde, “llegamos tarde a todo” dice Monocordio y más cuando se trata de ir a la escuela. El ciclo lectivo inició con muchas inconsistencias, aunque no son las mismas de cada año, hoy no son las prisas, ni el tráfico, es el descontrol por no encontrar el canal y horario para la clase en la Nueva Escuela Mexicana; las madres de familia son las más estresadas y confundidas, porque reciben información de la SEP y los maestros locales las apuran en los grupos de WhatsApp o Facebook, para implementarles su propio método.
Aquí las clases de educación básica, para alumnos de primaria de algunos planteles serán por “teams” o “zoom” plataforma que colapso a nivel nacional en las primeras horas de clase) sin tomar en cuenta las improvisadas producciones televisivas, pero en otras escuelas combinarán la técnica, con la retroalimentación de la tele durante tres semanas y con el cuadernillo estatal. Para la primaria, hasta este momento, las madres de familia no han sido obligadas a pagar inscripción, cuotas y uniformes, pero para el bachillerato que arranca en septiembre, si tienen que desembolsar lo de siempre, pago de libros, cuotas e inscripción, como en la vieja práctica escolar, aunque aún no saben que método van implementar los Cbtis.
Para el inédito ciclo escolar, con el programa Aprende en Casa II, la SEP
pide a las madres establecer horarios
y hacerlos respetar, acondicionar un espacio para el estudio, estar presentes con los hijos para el acompañamiento de las clases en línea y estar en permanente comunicación con los maestros. Se dice fácil, pero ni en la antigua realidad, ni en la nueva normalidad, es sencillo acatar estos cuatro lineamientos. En esta exigencia, es el padre, madre o tutor quien asume al cien por ciento la responsabilidad para ser efectivo el proceso de enseñanza y aprendizaje, pero la mayoría de los mexicanos, la economía de este país no les permite quedarse en casa. Así que los niños serán autodidactas.
Por otra parte, los especialistas en la conducta infantil recuerdan a las mamás “que la letra con sangre ya No entra” que se armen de paciencia, entiendan los nuevos tiempos y sean más compresivas si el niño va lento en el aprendizaje, que además de estar ahí para ayudarlos con la tecnología y el lonche, se conviertan en orientadoras y psicólogas.
Es un relajo, es el recreo. Las primeras producciones educativas que se lanzaron por televisión sorprendieron a madres
y alumnos, no visualizaron las primeras entregas como materiales educativos, más bien, dicen se trata de programas hechos como casos de la vida real, la rosa de Guadalupe o cualquier otra telenovela que retrata la vida de superación de un personaje que sufre para salir de la pobreza. En otros clips, son maestros con acento argentino o español que dan clases de formación cívica, ética y musical. Después un deportista da clases de educación física y convoca a hacer espacio en la sala y realizar una breve práctica.
En México 30 millones 466 mil de estudiantes deberían estar ahora en clases extramuros, fuera del aula por el Covid19, en un escenario imaginario el gobierno mexicano cree que se cubrirá la demanda educativa de todos los niveles y en todos los estratos sociales, a través de la tele abierta o con internet, sin embargo, otros datos refieren que aumentará el rezago en población vulnerable, niños y jóvenes de zonas marginadas que no acceden a los dispositivos tecnológicos.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE